El presidente de EUA aseguró que la operación en Memphis cuenta con el aval del gobernador republicano, pese a la oposición del alcalde demócrata, y sigue la línea de acciones similares en Washington y Los Ángeles.
El presidente Donald Trump anunció este viernes que desplegará a la Guardia Nacional en Memphis, Tennessee, bajo el argumento de enfrentar el “creciente crimen” en la ciudad. La medida se produce tras operaciones similares en Washington y Los Ángeles, y se suma a la reciente campaña de redadas de inmigración en Chicago.
Trump aseguró que, a diferencia de otras ciudades, en Memphis la medida cuenta con la aprobación del gobernador Bill Lee, aunque el alcalde demócrata, Paul Young, ha solicitado fondos adicionales en lugar de tropas. “Vamos a Memphis, es el próximo lugar”, declaró el mandatario en entrevista con Fox News, asegurando que la ciudad tiene “muchos problemas de delincuencia” que se resolverán “igual que en Washington”.
Memphis, con unos 600 mil habitantes, pertenece a un estado controlado por republicanos, lo que facilita el despliegue bajo la legislación estadounidense, aunque la presencia de tropas en tareas de seguridad local requiere generalmente coordinación con autoridades estatales.

El anuncio de Trump llega tras críticas y restricciones legales que enfrentó en Los Ángeles, donde un tribunal declaró ilegal el despliegue de tropas del pasado junio por violar la ley Posse Comitatus, que impide que militares realicen funciones policiales. El mandatario había considerado operaciones similares en Chicago, Baltimore y Nueva Orleans, pero hasta ahora solo Memphis ha sido confirmado para recibir tropas federales.
Con esta acción, Trump mantiene su estrategia de utilizar recursos militares y federales en ciudades gobernadas por demócratas, reforzando su narrativa sobre el aumento de la delincuencia en bastiones opositores y buscando visibilidad política de cara a futuros escenarios electorales.
El despliegue incluye coordinación con autoridades locales y federales, aunque las declaraciones cruzadas entre la Casa Blanca y la administración municipal muestran un conflicto sobre la interpretación de la necesidad de tropas frente a la inversión en seguridad civil.
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