El presidente Donald Trump impulsa una remodelación lujosa en la Casa Blanca. Entre sus planes, destaca la construcción de un elegante salón de baile financiado por magnates que apoyan su campaña. La obra refleja su estilo ostentoso y su deseo de dejar una huella en la historia del país.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto en marcha un proyecto que llama mucho la atención: la construcción de un gran salón de baile en la Casa Blanca. Desde que regresó a la Casa Blanca en enero, Trump ha convertido la sede presidencial en un reflejo de su estilo opulente personal. La remodelación incluye objetos dorados en cada rincón y detalles que recuerdan su club en Florida, Mar-a-Lago.
Durante una cena con importantes donantes la semana pasada, Trump anunció que construirá este salón con una inversión de 200 millones de dólares. La obra tendrá capacidad para unas 900 personas. El mandatario estadounidense aseguró que siempre quiso tener un espacio así para celebrar eventos especiales. Además, bromeó diciendo que no tenían un “agente inmobiliario”, en referencia a su papel como gestor de proyectos.
Trump explicó que la construcción del salón forma parte de su visión de hacer que Estados Unidos sea respetado nuevamente. Dijo que es “el precio de tener acceso al presidente” y agradeció a los donantes, entre ellos el petrolero Harold Hamm, quien contribuyó con fondos para la obra. Hamm, un importante financista de sus campañas, busca dejar su huella en la historia del país.
El mandatario también afirmó que la obra es un símbolo de su liderazgo. Prometió que seguirá trabajando para renovar y embellecer la Casa Blanca a su manera. La construcción del salón refleja su estilo ostentoso y su deseo de dejar un legado personal en la residencia presidencial.
Este proyecto, que combina lujo y política, genera tanto interés como controversia. Para Trump, es una muestra de su fortaleza y su visión de un país “respetado nuevamente”. Para sus críticos, revela su afán por el ostento y la exhibición de poder. En cualquier caso, la remodelación en la Casa Blanca continúa marcando su sello personal.

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