El presidente de Estados Unidos habría considerado ataques contra territorio mexicano bajo el argumento del combate al narcotráfico, pero optó por centrar su ofensiva en Venezuela.
El periodista Jonathan Blitzer, de The New Yorker, reveló que Donald Trump llegó a plantear bombardear México durante su primer mandato, bajo el argumento de destruir laboratorios de drogas. Sin embargo, sus propios asesores lo frenaron ante las posibles consecuencias diplomáticas y comerciales.
De acuerdo con el reportaje titulado “El verdadero objetivo de la guerra de Trump contra los barcos narcotraficantes”, el exmandatario estadounidense insistía en “lanzar misiles a México” de forma encubierta, asegurando que “nadie sabría que fuimos nosotros”. La negativa del Departamento de Defensa y el valor estratégico de la relación con México obligaron a descartar la idea.

Ya en su segundo mandato, Trump habría redirigido su enfoque hacia Venezuela, donde buscaba “una acción militar drástica” con menos riesgo directo para Estados Unidos. De acuerdo a la investigación, el objetivo era proyectar fuerza en el escenario internacional mientras mantenía una retórica de guerra contra el narcotráfico.
Fuentes cercanas a la Casa Blanca revelaron que Stephen Miller, uno de los asesores más influyentes del presidente, fue clave en el giro hacia Venezuela. Para Miller, los ataques militares no solo fortalecían el poder de Trump, sino que también alimentaban su narrativa de enemigos externos, especialmente con la migración venezolana.
El texto advierte que esta política de “militarización de la seguridad” busca justificar el uso de la fuerza en nombre de la lucha antidrogas, una estrategia que podría tener repercusiones en toda América Latina. Países como Colombia, Panamá y Brasil ya observan, y en ciertos casos se entrometen, en el creciente discurso bélico de Trump en su retorno al poder.
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