Venezuela activó un despliegue militar masivo para “defender la soberanía” ante la creciente presencia de EUA en el Caribe. El operativo, llamado “Independencia 200”, incluye fuerzas terrestres, aéreas y misilísticas, así como medidas para garantizar servicios básicos. Al mismo tiempo, la Asamblea Nacional aprobó una ley que refuerza la coordinación entre el ejército y la población civil frente a amenazas externas.
En plena madrugada del martes, Venezuela activó un despliegue militar masivo en todo su territorio, involucrando a las fuerzas armadas, la milicia bolivariana, los sistemas de armas estratégicos y los órganos de seguridad ciudadana. De acuerdo con el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, la medida responde a la necesidad de “asegurar la integridad de los elementos del poder nacional ante amenazas imperiales”, en alusión directa a EUA.
El operativo, identificado como “fase superior del plan Independencia 200”, contempla el movimiento coordinado de medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos, además del aseguramiento de servicios básicos como electricidad, agua, combustible y distribución de alimentos. Padrino López afirmó que se trata de un ejercicio de “apresto operacional” que busca optimizar el comando, el control y las comunicaciones frente a posibles escenarios de conflicto.
En paralelo, la Asamblea Nacional aprobó la nueva Ley del Comando para la Defensa Integral de la Nación, que formaliza la estructura encargada de coordinar la defensa ante amenazas internas y externas. El presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, calificó la norma como “fundamental para articular al pueblo y la Fuerza Armada en una sola dirección de resistencia”.
El despliegue ocurre mientras EUA mantiene una flotilla de al menos 10 mil tropas, ocho buques de guerra, aviones caza, bombarderos, helicópteros de élite y un submarino nuclear en el sur del Caribe. La operación, dirigida por el Comando Sur, asegura combatir el narcotráfico, aunque Caracas la considera un acto de provocación. Washington, pese a las acusaciones, no ha presentado pruebas de sus bombardeos recientes contra embarcaciones supuestamente vinculadas al tráfico de drogas.
Con esta maniobra, el gobierno de Nicolás Maduro busca mostrar músculo militar y cohesión nacional, en un momento de creciente tensión regional y de abierta confrontación diplomática con EUA.


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