TRIAGE: Sara, la bruja inventada por el salinismo, sobrevive esperando justicia y refugiada en las artes

Por Alexandro Guerrero

Sara, la bruja inventada por el salinismo, sobrevive esperando justicia y refugiada en las artes, aunque los años del neoliberalismo buscaron aniquilarla.

En Triage, tanto Artes, como Antropologías y Memoria se condensan a varios niveles temas con la complejidad de nuestros tiempos en materia cultural de nuestro país, así como en otras latitudes donde se establezcan vínculos que resaltar. El trabajo periodístico que llevamos a ustedes es de investigación inmersiva. Es así que en exclusiva para LosReporteros.Mx, en el contexto del concurso de ofrendas de Día de Muertos que tiene lugar en distintos centros de ejecución de sancionesreclusorioscentros femeniles y distintos espacios de readaptación de la Ciudad de México: a través de la SSC/Subsecretaría del Sistema Penitenciario, en un proyecto notable y muy importante por su significado, mismo que merece reconocimiento por el gran trabajo que hace como institución en la actual administración y que lleva por nombre: “Ofrenda monumental 2025”. Esta contó con una enorme participación y preparación previa de meses, por parte de las poblaciones internas participantes. Una ofrenda entregada, artística, gastronómica y plástica. La tradición trasciende en espíritu la reclusión.

Así, con este marco, tuvimos la oportunidad de contar con el testimonio directo de Sara María Aldrete Villarealentusiasta participante de dichas actividades siempre y hace décadas, desde su aprehensión en 1989, a pesar de las terribles violaciones a sus derechos humanos, de ser víctima de torturas que en el expediente constan tras reiterados peritajespartes médicos y estudios numerosos, entre los que se encuentra el protocolo de Estambul.

A pesar del estigma mediático que la bautizara en los medios masivos que en conjunto se tornaron amarillistas para su caso, apodándola con el claro cálculo de hacer la noticia vendible y generar en aquel turbulento periodo posterior al fraude de 1988, un golpe mediático-cortina de humo al estilo chupacabras como: “La narcosatánica”. En realidad, una de las sobrevivientes de la banda “diabólica” que llenaba los diarios con la narrativa de que aquella mujer era el mal y había sido capturada por el gobierno como presa trofeo para el mal vecino del norte.

Sara, el ser humano tras ese expediente y del mote que la ha estigmatizado, es gracias al arte que sobrevive. A lo largo de casi cuatro décadas ha sido un personaje principal en actividades culturales en reclusión con un sinfín de obras de teatro en las que ha sido actriz, directora y dramaturga (ganando en uno de los certámenes más importantes, el premio Iberoamericano de pastorelas hace algunos años). Maestra y alumna de talleres de creación literariaexposiciones de artes plásticas, así como de extensión educativa y culturalSara, protagonista de una serie estrenada en HBOmax, en donde sigue insistiendo en su versión y su inocencia, nos comparte:

-Estoy llena de esperanzas y de mucho dolor. El dolor que da la pérdida no sólo de la libertad sino de mis seres amados y de los años transcurridos en la espera. Casi al término del 2025 necesito estar la mayor parte del tiempo en una silla de ruedas por el problema de espalda que tengo, así como distintos padecimientos consecuencia de las torturas a las que fui sometida. La justicia para mí es una utopía pues ha sido inalcanzable e inaccesible.

No sé si esta situación se deba a la falta de contactos, de dinero, a la falta conciencia de lo que ha significado mi caso en quienes a lo largo de todo este proceso legal han estado vinculados. Hay cobardía y temor para hacer justicia conmigo porque sigue siendo una papa caliente. Siempre persiste el miedo de ser juzgados por que se resuelva a favor. Yo he pasado mucho tiempo en prisión, me han tocado sexenios de los tres partidos, ya pagué mi condena.

Desde el 6 de mayo de 1989, mi detención y que ya pasé muchos años en el entonces Femenil Oriente, después en la primer década de este siglo, otra etapa en que se inauguró Santa Martha femenil y donde fuimos reubicadas, entonces las condiciones iban empeorando pero sólo sería el preámbulo de lo que lamentablemente ocurriría a nivel nacional en materia de derechos humanos tras la llegada de Felipe Calderón al poder y después de Enrique Peña NietoPRI-PAN, representaron una época en que no sólo a mí sino en varios niveles del sistema penitenciario, las vejaciones se generalizaron: Traslados a Mexicali, “el hongo”; Tijuana, subir y bajar de aviones en medio de golpes, revisiones; burlas e insultos, encadenada con otras compañeras estando desnudas. Tratadas como cosas, peor que cosas. Todavía me tocó Islas Marías y ahí pude sentir con las manos el agua del mar nuevamente por una sola vez. Después estuve en Mazatlán y según órdenes de arriba (Genaro García Luna), ahí yo era persona non grata, así que fui a dar al de Máxima Seguridad de Tepic, Nayarit. Tantos años después de mi detención y fui aislada de mi familia sin haber incurrido en ningún tipo de conducta que lo ameritara. Fueron cinco meses en que mis familiares y amigos no supieron nada de mí. ¿Qué pinche culpa tiene la familia para ser también satanizada y maltratada conmigo? En Tepic ni siquiera podía traer un reloj, escuchar una radio. En Tepic no había ningún tipo de actividades culturales, artísticas, recreativas. ¿Por qué esa saña contra mí de ese grupo en el poder? ¿Qué secretos se supone que consideran que guardo que sigo siendo tan peligrosa para ellos? Buscaban acabarme.

En 2015 se inaugura Coatlán del Río en Morelos y ahí pude tener acceso a una televisión, no hablo de privilegios, hablo de no ser sólo un número como en Tepic que era la 147, en Islas Marías la 37. Hablando de la muerte en estos días de tradición, de la muerte sagrada; recuerdo cuando le pregunté a una oficial en ese periodo de mi vida en que realmente sentía que perdía mi propia identidad: “¿Qué sucede si una interna muere?” “La metemos en una bolsa y la mandamos como paquetería”. Esa fue la respuesta.

El 6 de marzo de 2018, estando en CoatlánSara ganó un amparo y fue cuando vino el traslado a la Torre Médica de Tepepan en la Ciudad de México, donde después de esos terribles años de los sexenios mencionados, su cabello ya era blanco, su estado de salud muy debilitado, fue hospitalizada tres meses, desnutrida.

Sara menciona autoridades importantes que han por otra parte mostrado el lado humanode las políticas penitenciarias, tal es el caso del Licenciado Antonio Hazael Ruiz Ortega, que ha ocupado cargos importantes en el sistema de prisiones, tanto en la Ciudad de México como a nivel federal. En agosto de 2022, fue designado por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador como titular del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), cargo que ocupa hasta la fecha. Anteriormente fue subsecretario del Sistema Penitenciario en la Ciudad de México y es de esa etapa que Sara recupera una frase expresada por él: “La readaptación no puede existir sino la reinserción”.

Sara Aldrete cumple con todas las condiciones para su pre-liberación, no obstante en el juzgado segundo de distrito de penales federales de Matamoros, Tamaulipas, tras una audiencia de cinco horas en donde se presentaron alegatos sólidos, en presencia de una perito en psicología, género y DH, se determinó que no se le otorgaba la libertad porque no hay una supuesta reparación del daño. Esa reparación ya no es válida como argumento pues prescribió en 2017.

Esta conversación con Sara Aldrete forma parte de una investigación que también apareció desde otra perspectiva mucho más personal en el podcast: “Datos duros” el 12 septiembre del presente año. Esta emisión conducida por el periodista y director editorial de LosReporteros.MX: Ricardo Sevilla y Oscar Morales, tuvo la característica y el objetivo de mostrar una perspectiva humana compleja y cotidiana de Sara Aldrete. La amistad que quien esto escribe ha mantenido con ella desde hace ya dos décadas, no es un atenuante que apele a la simpleza en los argumentos respecto a su caso, ni quita validez en ese sentido a una opinión sobre el personaje que abordamos más allá del engendro mediático y biopolítico creado a finales de los ochentas. Son hilos que se entretejen con complejidad de índoles diversas.

En este artículo, y con sólo un fragmento de la entrevista que nos ha dado en exclusiva, se pone nuevamente el dedo en la llaga sobre un caso paradigmático para el sistema de justicia y los medios de comunicación en nuestro país. Es también el inicio del proceso de escritura de un libro que aparecerá en 2026, que a detalle y con datos, nombres y fechas precisas dará un relato crítico del estado actual del caso. Para Sara Aldrete es importante mencionar el cambio a favor que ha establecido la actual administración a nivel federal y, en este caso, la local para quienes se encuentran internas. “Sí, es tiempo de mujeres tal como lo dice la Presidenta. No lo digo de dientes para afuera”, subraya.

El objetivo principal es que no se nos olvide que hubo tiempos en que los medios no tenían contrapesos ni soñando. Que las decisiones sobre la vida de otros seres humanos desde el poder, cuando sus intereses podían verse implicados en historias imposibles de creer, estaban estructuralmente vinculadas con prácticas medievales de tortura para obtener confesiones a modo. No puede haber nunca más otro Penal de “Topo Chico” como sucursal del infierno, ahí sí, y casualmente, que viviera sus peores épocascuando Genaro García Luna más poder tenía como supuesto “súper policía” del país.

Esto va más allá de la invención del personaje de la “narcosatánica”, insisto, más allá de sus responsabilidades legales, su proceso penalsentencia y todos los años que ya purgó. Decía Lyman Frank Baum, escritor norteamericano, autor de El mago de Oz: “Uno de mis temores más grandes era hacia las brujas, porque mientras yo no tenía poderes mágicos, descubrí muy pronto que las brujas poseían el don de hacer cosas extraordinarias”. En el caso de Sara Aldrete, lo extraordinario ha sido sobrevivir, el don de seguir creando, pintando, compartiendo, el don de seguir esperando.

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