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  • Trump revive el odio: redadas migratorias y represión en EE.UU.

    Trump revive el odio: redadas migratorias y represión en EE.UU.

    La noche del jueves, las calles de Los Ángeles, Nueva York, Chicago y otras ciudades de Estados Unidos volvieron a ser escenario de una vieja pesadilla: redadas masivas de ICE contra trabajadores y familias migrantes. En algunos estados, los operativos se desplegaron incluso en zonas escolares, tribunales y mercados. La intención era clara: generar miedo, forzar el silencio y criminalizar la necesidad humana más básica: la de buscar una vida mejor.

    En total, más de 40 personas fueron detenidas en California y otras 80 a nivel nacional, según organizaciones de defensa de derechos civiles. Lo que alarmó no fue solo la cifra, sino la brutalidad. Vehículos blindados, elementos armados, intimidación y persecución a plena luz del día. Las redadas, lejos de garantizar seguridad, desataron pánico entre niños, trabajadores y comunidades enteras. Y como era de esperarse, las protestas no se hicieron esperar.

    Desde Texas hasta Massachusetts, miles de personas salieron a las calles a defender el derecho de existir sin miedo. Fueron ciudadanos, no criminales, quienes alzaron la voz contra una política migratoria retrógrada. Y, como en los peores tiempos, la respuesta fue represión: gases lacrimógenos, detenciones arbitrarias y uso excesivo de la fuerza. La narrativa del “orden” se impuso sobre los derechos humanos.

    La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no tardó en pronunciarse. Lo hizo con claridad: “Con la integración de una nueva Corte, vamos a erradicar las redes de corrupción que por años estuvieron coludidas con quienes atacan a nuestros migrantes. México no se quedará callado ante la represión de nuestros paisanos”. Sus palabras, lejos de ser diplomáticas, fueron firmes. Y eso es lo que se necesita frente a un gobierno como el de Trump, que insiste en construir muros físicos y simbólicos.

    El discurso antiinmigrante de Trump, aunque disfrazado de seguridad nacional, es profundamente racista. Se alimenta del miedo al otro, al diferente, al que no nació “en el lugar correcto”. En su visión, el migrante latino es una amenaza, no un ser humano. Pero la realidad desmiente ese discurso: los migrantes son quienes limpian oficinas, cosechan alimentos, cuidan ancianos, construyen edificios y generan riqueza en un país que no siempre los reconoce.

    Decir que “migrar es un delito” es no entender las causas profundas del desplazamiento. Nadie abandona su hogar por gusto. Las razones son múltiples: pobreza, violencia, crisis climática, persecución política. Lo que para unos es un acto de supervivencia, para otros se convierte en motivo de castigo. Esa es la gran contradicción moral del discurso antiinmigrante: criminaliza al vulnerable en lugar de cuestionar las estructuras que lo obligan a migrar.

    Lo que ocurrió ayer en Estados Unidos no debe ser normalizado. No es “parte de la política migratoria”, no es “un tema interno”. Es una violación a los derechos humanos y una afrenta a los valores de libertad y justicia que dicen defender. Por eso es importante que desde México y desde América Latina sigamos levantando la voz. Porque nuestros migrantes no son cifras ni enemigos. Son madres, padres, estudiantes, soñadores. Son parte de nuestras comunidades, aquí y allá.

    Hoy, más que nunca, se vuelve urgente recordar que la migración no es el problema. El verdadero problema es la indiferencia, la hipocresía y el uso político del dolor humano. En vez de redadas, hace falta cooperación. En vez de miedo, se necesita dignidad. Y mientras haya un migrante perseguido, no habrá justicia completa ni aquí ni en ninguna parte del mundo.

  • Ecos de la batalla

    Ecos de la batalla

    El domingo 1 de junio de 2025 se suscitó una jornada electoral inédita. Se votó para elegir ministros, magistrados y jueces. Esto con base en la reforma al poder judicial que entró en vigor a partir del 16 de septiembre de 2024, después de un proceso bastante tortuoso para que se aprobara en ambas cámaras, y no sin que la propia Suprema Corte, sin estar facultada para ello, intentara boicotearla.

    La acumulación de atropellos, tales como liberación de criminales peligrosos, narcotraficantes, violadores y asesinos, así como recurrentes concesiones de amparos a delincuentes de cuello blanco y evasores de impuestos como Ricardo Salinas Pliego o recientemente el ex cardenal Norberto Ribera. El que estas y otras flagrantes fallas del sistema de justicia mexicano salieran a la luz propició un hartazgo social que fue escuchado por AMLO sobre el final de su sexenio, para que Claudia Sheinbaum continuara con lo que se denominó “Plan C”. Desde la concepción hubo varios obstáculos, como el presupuesto del INE, la muy tímida campaña para promover el ejercicio, así como un proceso en el que los candidatos tenían muy poco margen para hacer campaña.

    Por su parte, y conforme se acercaba la elección, una caterva de medios tradicionales encabezada por TV Azteca, y con Ricardo Salinas Pliego como cabeza visible, inició su propia campaña para disuadir a la población de votar en la jornada electoral que se llevaría a cabo el 1 de junio. Monigotes televisivos de traje y corbata se dedicaban a menospreciar a los ciudadanos y potenciales votantes por medio de un discurso que a todas luces era antidemocrático. Incluso, Pedro Ferriz Hijar, desde la comodidad de su cuenta de X, llamaba a sus seguidores a boicotear la elección impidiendo por medio de la violencia que se colocaran las casillas. Otros viejos francamente enfurruñados, como Raymundo Riva Palacio y Leo Zuckerman, igualmente mostraban su apatía y su desdén por el ejercicio democrático.

    Y aunque ciertamente era de cierto modo confusa la manera en que el ciudadano tenía que acercarse a los perfiles (a través de un sitio web) y la propia elección implicaba llenar entre 8 y 12 boletas con los números del candidato o candidata específicos; la invasiva campaña de disuasión, que no debió salirles barata a Salinas Pliego y compañía, llegó a hacer mella en el electorado, puesto que nos volcamos a las urnas solo un 13.32% del padrón total. Sin embargo, y aunque el plan de estos malévolos personajes era que de plano nadie saliera a votar, para luego acusar falta de legitimidad, el resultado de la elección es vinculante sin un mínimo de votantes requerido. Así quedó inscrito en la ley.

    Otro aspecto en que, al menos a nivel ciudadano, la elección fue calificada como poco menos que perfectible, fue en cuanto al resultado. Muchos de los ciudadanos consumidores de contenidos políticos en redes sociales (he ahí el sesgo) hicimos nuestros propios acordeones a manera de guía con miras a la elección. En muchos de ellos figuraban sí o sí tres personajes que son muy habituales en estos espacios: César Gutiérrez Priego, Isaac de Paz (a quien pude sacarle amena entrevista: https://acortar.link/coTQnC) y Federico Anaya. Sobre estos perfiles nos informamos y comenzamos a apoyarlos. Las encuestas que aparecían en diversos espacios los daban como punteros.

    Al día de la elección, con una afluencia menor a la esperada, fue evidente a la postre que la estructura de Morena, entre la cual se distribuyeron acordeones en una versión distinta a la nuestra, tomó ventaja y priorizó la elección de perfiles que no precisamente eran los que se barajaban entre las audiencias de Sin Censura, Manuel Pedrero, Los Reporteros, El Chapucero, etc. Al no volcarnos masivamente a votar como en 2024 y dejarnos disuadir por la supuesta complejidad y las truculentas voces de gente como Alatorre, Villalvazo, Loret y demás subcriaturas, dejamos la elección en manos de todas aquellas personas a quienes se instruyó de manera institucionalizada para elegir a candidatos específicos. Tal fue la sorpresa de muchas personas, que en un principio se acusaba fraude, pero la genuina explicación es esa y no hay vuelta de hoja.

    Y para hacer competencia mediática e incluso tratar de invisibilizar la elección, aquellos malvados seres que se llenan la boca de decir que “aman a México”, “les preocupa México”, “seremos Venezuela” y demás ridiculeces, organizaron una marcha del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución durante la mañana de ese mismo domingo. Culminaron con un mítin que refleja el estado deplorable de su movimiento, puesto que el principal orador fue el esperpéntico Carlos Alazraki, cuya fotografía del momento lo hizo una vez más blanco de burlas y memes por la descomunal prominencia de su panza mientras clamaba que México es una dictadura. Asimismo, compañeros como Ely TV y Máximo Allende recogieron auténticas joyas de histrionismo y fanatismo por parte de ciudadanos desinformados y no precisamente fifís, que acudieron para “salvar a la patria” motivados por las sentidas arengas de Ferriz de Con, Brozo o del propio Alazraki, cuya voz representa el trabajoso crujir de la maquinaria neoliberal dando sus últimos respingos.

    Por supuesto que muchos aspectos de la elección son mejorables. Es la voz de los ciudadanos la que debe ser escuchada ahora por el INE para que todo esto mejore. En civilidad y con gran madurez, incluso quienes no votaron han aceptado cabalmente los resultados. Por otro lado, se han desatado los ataques racistas contra Hugo Aguilar por haber sido electo presidente de las Suprema Corte de Justicia de las Nación y por su origen mixteco, bajo la estereotípica e infundada creencia de que pertenecer a una minoría étnica es sinónimo de “poca preparación”, que ya de por sí fue uno de los bulos que anteriormente se habían difundido, como un infame spot del PAN en el que se decía que todos los candidatos, sin tomar en cuenta experiencia ni escolaridad, serían designados por tómbola. Contra todo esto seguiremos luchando algunos en el estercolero de la red X; tierra sin ley.

    Perfectible y mejorable la elección en diversos aspectos, pero a la vez ilusionante, porque somos punta de lanza a nivel mundial y porque actualmente tenemos un gobierno que le es fiel al pueblo y que ha logrado una simbiosis ideal que ya no es letra muerta en la Constitución. Otra cosa ya es el inquietante proceso de descomposición que sufre Morena. Sobre eso ya he escrito antes, pero no debemos dejar ese tema en paz. En las urnas, en las redes y en el ámbito que sea necesario, los ciudadanos que seguimos luchando por el cambio debemos seguir siendo escuchados.

  • El nuevo Poder Judicial

    El nuevo Poder Judicial

    Antes de empezar, me disculpo, por la falta de columna, hace 15 días, hubo un gran problema familiar y me fue imposible terminar de escribir y mandar el texto para la columna correspondiente.  Gracias. Ahora sí, empezamos la columna de nuevo mes. 

    Como todos sabrán, la elección del Poder Judicial, fue el pasado Domingo 1 de Junio, y como era de esperarse, la oposición o más bien la pseudo oposición falló en ser oposición de nuevo, en vez de salir a promover que votaran a defender el poder judicial que por 7 años han defendido a capa y espada, que votaran por los jueces, ministros fieles a sus principios, decidieron salir a invitar al electorado a no votar, y a no participar en lo que ellos le llamaron “farsa”, a no participar en la destrucción de la democracia (por vez 245050593381, creo), a que no diéramos el paso a ser Venezuela, Cuba, que no apoyáramos el comunismo socialismo. Claro, porque en el comunismo socialismo que ellos piensan, hay elecciones libres. 

    Y con todo y su campaña anti elecciones, fueron nuevamente derrotados. Con todo y que sólo votamos 13 millones de mexicanos, lo que es una verdadera pena, fueron más votos que los que obtuvieron los priistas y panistas en el 2024, 9 millones y 5 millones, respectivamente. Algo pasó con los pro 4T, se olvidarían del plan C de AMLO, se les olvidó todo lo perjudicial que ha sido el actual poder Judicial para México, se confiaron de que los prianistas y demás fauna no ejercería el voto, o falló la convocatoria para ir a ejercer el voto. 

    Si se confiaron, porque la pseudo oposición advirtió que no participaría, se entiende y a medias, del por qué no fueron a votar, los 30 millones que fuimos a votar en el 2024. 

    Ahora que, si fue por el pobre poder de convocatoria de Sheinbaum para ejercer el voto, ya sin apoyo de AMLO, se hace un problema, se hará un gran problema para el 2030, quién convocará para que se vote por el candidato morenista o de la 4T para esas elecciones.

    O tal vez, la gente no fue a votar, por flojera, lo que nos regresa como 20 años como sociedad, si esto fue la causa, pareciera que no hemos aprendido nada a través del tiempo. Eso y que no hay un líder del país, como lo hubo cuando AMLO gobernó. 

    Ahora, podrían decir que Sheinbaum tiene popularidad y que gana en las encuestas de quién es mejor presidente, etc., pero si la comparan con Gálvez, con los expresidentes prianistas, obvio ganará, si la comparan con AMLO, algunos se irán con el discurso del propio AMLO, diciendo “que es la mejor PRESIDENTA”, cuando es la única presidenta que ha tenido México, ergo no hay con quién compararla, hablando de presidentas. Y en realidad, Sheinbaum, nos está quedando a deber y por mucho; algunos ya sospechábamos que haría esto, algunos otros, seguirán defendiéndola a capa y a espada, mientras el país sufre los embates de Trump.

    Con una aparición de AMLO en los medios, el valor del peso frente al dólar se estabilizó. Coincidencia o destino, pero de que pasó, pasó. 

    Pero bueno, pese a todo y a los intentos de sabotear de la oposición, tendremos un nuevo poder judicial a partir de Septiembre de este año. 

    Y ahora lo que tenemos que exigir a la nueva Suprema Corte de Justicia, es que sean independientes, que todas sus decisiones sean en beneficio del pueblo, del pueblo que voto por ellos, y no le deben de deber nada a algún partido, se supone claro. Pero por supuesto seguirán los ataques contra los integrantes del nuevo Poder Judicial y sus intentos de seguir controlándolos, uno de ellos será Salinas Pliego, quien ya le sudan las patas, porque por fin tendrá que pagar los miles de millones que debe al SAT, y chillará y hará berrinches, más de lo que ha venido haciendo. 

    Y estos ataques ya iniciaron, se dejaron ir contra el que será el nuevo Presidente de la SCJN, Hugo Aguilar Ortiz, abogado originario de la mixteca oaxaqueña y luchador social. Y cómo no, si la oposición y su fauna, no soportan que alguien de origen indígena, pueda llegar tan alto, pero qué tal, cuando defendían a la supuesta indígena vende gelatinas, que posteriormente, fue desmentida de su origen indígena, no por vestirse como lo hace, la convierte en indígena; pero con en ese momento, si les convenía ser pro indígenas, la defendían. Pero los tiempos y las circunstancias cambiaron, nuevamente en contra de ellos, y retomaron su clasismo y racismo de siempre. 

    Ahora, los nuevos miembros de la SCJN, no son unos angelitos, cada uno de ellos, tiene sus pros y sus contras. Por lo que ahora como ciudadanos, tenemos la obligación de supervisar su desempeño, que tiene que ser por obligación a favor del pueblo mexicano y dejar atrás al poder económico, que les da órdenes a Piña y sus empleados. 

    Pasando a otros temas, con la llegada del nuevo embajador de los EUA en México, Ron Johnson, empezó con el mismo discurso de ser más que aliados de los gringos, sino ser empleados de los gringos, y ahora quieren que México entre en conflicto con China, alegando que una serie de tonterías y de peligros que provoca China, claro, provoca en la mente de Trump y sus empleados. 

    Cuando el verdadero problema y peligro para México y el Mundo, siempre han sido los gringos, son y serán. 

    Esperemos que el actual gobierno mexicano no ceda ante las amenazas de los gringos y no se subordine ante ellos. Ya es momento de mirar hacia otro lado, y dejar los interés que hay con los gringos, llámese Black Rock, ya ven que hay una gran fan de ese “emporio” en el gobierno mexicano. 

    Y hablando de fans, uno de los fans más acérrimos y declarado empleado de Trump, que depende de la hora, también es fan de China, de México, y muy seguido, claro dependiendo de la hora, externa su opinión en contra de China, y de México, anda muy contento y viviendo en otra realidad, creyendo que China se tiene que someter ante Trump, y sus seguidores, andan también muy alocados. Claro, me refiero al señor, que golpea puertas de vecinas, adultas mayores, en Polanco, ese que no le gusta que lo contradigan y que se cree que tiene la verdad absoluta y por supuesto sus opiniones se basan en información secreta, que a él se la dan. 

    Por cierto, me han aparecido, como sugerencia del algoritmo de varias redes sociales, la idea de revocación de mandato, de forma urgente, yo creo que esto es una prueba, para ver si a la oposición les pega la idea, por lo menos en redes sociales. Pero de todos modos hay que tener cuidado, la revocación de mandato, la oficial, será en 2027, suponiendo que esta siga. Habrá que esperar y ver qué pasa. 

    No se les olvide que este texto está plagado de opiniones, cuestionamientos personales, algunos hechos reales y demás chunga. 

    Muchas gracias, por leer este texto. 

    Nos leemos pronto.

  • Salación

    Salación

    Para solaz de su exclusivísima audiencia, la cual evidentemente goza horrores de que la mantengan bien y frecuentemente surtida de sal sobre sus múltiples heridas, la docta Denisse Dresser, vaya usted a saber si más furibunda que compungida o más pesarosa que endiablada, aparcada en la mesa plural —digo, los panelistas convocados eran dos— de dizque análisis transmitida por Latinus —but of course—, muy a su gusto acompañada de Héctor Aguilar Camín —igual él: quién sabe si más frenético que afligido o más desolado que rabioso— profirió el siguiente cuestionamiento: 

    Va a llegar Hugo Aguilar Ortiz [como ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación]…, ¿no hubiera sido más barato, más fácil y más democrático que ella [la presidenta Claudia Sheinbaum] lo postulara en una terna y que el Senado discutiera su trayectoria y que después los partidos votaran…?

    Aquí el novelista chetumaleño la atajó para con toda contundencia recordarle: “Ese mundo ya se acabó”, una afirmación de pe a pa post-apocalíptica, así que seguro el novelista lo espetó adolorido, porque se acabó el aludido mundo, y gozoso, porque lleva años cantando el Apocalipsis. Y ni cómo contradecir al antes orgánico y ahora desaforadamente apocalíptico, perdón, post-apocalíptico, cabecilla del grupo Nexos: efectivamente, ese mundo, el neoliberal prianista, se acabó.

    Pero volvamos con la dDD: “¿no hubiera sido más barato, más fácil y más democrático” hacerlo como antes se hacía, esto es, no cambiar nada? Es decir, ¿no hubiera sido más barato, más fácil y más democrático mandar al diablo el proyecto de Nación triunfante en las urnas, específicamente la reforma judicial y la magistral jugada política de AMLO conocida como Plan C? ¿Neta la afamada docente del ITAM requería respuesta? Quiero pensar que no, que fue una pregunta retórica, de esas que soltamos para afirmar algo y luego poder decir que uno no dijo lo que dijo, que nomás lo preguntó. Porque, disculparán ustedes la perogrullada, pero lo que la señora afirmó es simple y sencillamente que lo mejor hubiera sido seguirle como estábamos, o sea, no moverle al status quo, o sea, conservar las cosas como estaban… Puro y duro conservadurismo, pues. 

    El recurso retórico que usó la politóloga echada de Televisa —¡eso también quedó en el mundo que se acabó!— no es nuevo, más bien es un ardid tradicional del conservadurismo; van algunos ejemplos emblemáticos: ¿Acaso no hemos vivido siempre así?, musitaban los cortesanos franceses cuando el pueblo pedía pan y Constitución; ¿qué sería del país sin el orden y la autoridad del rey?, exclamaban con temblor pomposo los viejos lores cada vez que alguien osaba mencionar la palabra “república”; ¿no están los negros mejor aquí que en África?, decían los esclavistas con una sonrisa cargada de látigo; ¿de verdad queremos que cualquiera pueda ser médico, juez o presidente?, preguntaban los guardianes del mérito hereditario y de los exámenes de admisión ante cualquier intento de democratizar el acceso a la educación; ¿no es esto una forma de dividir al país?, musitan hoy los mismos de siempre —eso sí, más sensibles que nunca— cada vez que se habla de justicia social o memoria histórica. Así funcionan estas preguntas: se disfrazan de preocupación racional para encubrir una nostalgia por la desigualdad que antes no había que justificar. Son trampas del discurso: no buscan respuestas, buscan obediencia.

    Por lo demás, también conviene que flote —está de moda el verbo— como evidencia que la dDD defiende una sandez: opina que hubiera sido más democrático que una sola persona, la presidenta, eligiera a los miembros de la SCJN que, como ocurrió el domingo pasado, lo hayamos hecho entre los trece millones de ciudadanas y ciudadanos que salimos a votar.

    Por cierto, el dueño del otro extremo del falso bicolor —en realidad siempre fueron del mismo color—, Enrique Krauze se aventó la puntada —también en Latinus, dónde más— de querer convencer de que lo mucho es poco y de que la vacuidad plena es más que algo:

    … después de todo, bueno, la democracia es el gobierno de la mayoría con respeto a la minoría. Pero ahora estamos en una variante: Morena ha movilizado y acarreado al electorado de manera, digamos, sin los frutos que esperaban, y no se logró aquí el consenso o el voto de la mayoría, sino de la muy importante minoría. Entonces estamos ante una decisión en donde se impondrá una minoría, sin respetar a la mayoría, porque en este caso específico la mayoría es el 90% que no votó.

    ¡Sic, sic y recontra-sic!… Pareciera que el ingeniero no entiende que para que un voto cuente es indispensable emitirlo, votar. Yo, como por no pecar de omisión, en X traté de explicarle de la manera más rudimentaria que pude: oiga, un no voto no cuenta como voto. Lo que pude haber apostillado así: N no votos nunca son más que un voto. Ya no lo hice, no tanto por flojera sino porque en realidad aquello de “pareciera que el ingeniero no entiende” es pura retórica: el hombre entiende y más que hacerse el tonto pretende confundir y entontar a quien se deje. Con todo, no hace falta ser un exegeta consumado para comprender que la alocución de Krauze se suma al autoflagelo discursivo que se está dando la derecha mexicana. Lo muestro enseguida…

    1. Se desvivieron gritoneando que la 4T quería “apoderarse” del Poder Judicial. 
    2. Proclamaron desde siempre y más después de ocurrido que el proceso electoral del domingo pasado fue un fracaso, porque “sólo” participaron 13 millones de mexicanas y mexicanos.
    3. Ahora lamentan, lloran, claman que, después del susodicho “fracaso” la 4T se apoderó del Poder Judicial… ¡y se acabó el mundo!

    No le busque la lógica, no tiene.

  • El voto hipócrita

    El voto hipócrita

    Los líderes de la oposición regresaron el tiempo y no para tener los privilegios de antes sino pelitos infantiles con el partido en el poder. Aseguran que ellos tienen mayor poder de convocatoria. Unos esperaban una elección al Poder Judicial más nutrida que en la revocación de mandato de López Obrador, que fue de 17 millones de votos y apenas superó los 13 millones. La parte opositora esperaba un millón de marchistas y apenas llegaron 2 mil.

    La oposición consideró que la convocatoria del gobierno fue desairada, la asistencia a la votación, y en un arranque de mala intención señala que el voto duro de Morena se reduce a esa cantidad que anteriormente era de 30 millones, según votaciones a la Presidencia de 2024.

    Cuando las elecciones no forman parte de cargos federales, sino locales, el abstencionismo aumenta considerablemente. La gente se deslinda de esas votaciones y reduce su presencia en las urnas.

    Esto debe preocuparle más a la oposición porque en 2024, cuando hubo elecciones presidenciales ni el PRI ni el PAN, por separado, logró la cantidad de mexicanos que votaron en las elecciones del Poder Judicial.

    En cambio, si la perspectiva de la votación se le da el significado de consulta popular, hablamos de un avance significativo. Desde el momento en que el entonces Presidente llamó a la población a decidir sobre el cambio de ubicación el aeropuerto de Texcoco, en 2019, cuando votaron 1’067, 859 mexicanos, que representó el 1% del padrón electoral. En 2020 se convocó a votar para decidir si se encarcelaba a los ex presidentes de la República, entonces votaron 6’474,708, poco más del 7 por ciento del padrón electoral. En ambos casos se esperaba el 40 por ciento del padrón para que fuera vinculante con las leyes y se actuara en consecuencia.

    No puede dejar de tomarse en cuenta que la votación por la revocación de mandato del presidente de la República, fue de más de 17 millones de votos, es decir más del 18 por ciento del padrón. Esto lo debe tener muy en cuenta la cúpula de Morena, donde, por el momento, están centradas y concentradas las decisiones de avanzar o retroceder.

    La cantidad de 13 millones, que representan el 12.57 por ciento, como mínimo, del padrón electoral, expresada el 1 de junio, no es mala pero tampoco buena para Morena, significa un avance en la participación ciudadana, saben por fin, que su opinión cuenta.

    Esta conciencia de los mexicanos es irreversible y contra lo que vea la oposición, el hecho de que un ciudadano cobre conciencia del poder que posee a través de su voluntad le resta al autoritarismo poder, ese poder que ejercieron por muchos años el PRI y el PAN.

    Más allá de las victorias de cada quien, y por más que la oposición señale derrotas en el contrincante, después de la elección de este 1 de junio, se avanzó.

    Los mexicanos saben que deben participar, que no es posible dejar al gobierno que decida solo, que su voz es válida y su voto tomado en cuenta, que la democracia espera por ellos.

    Ante esta realidad, más de un partido político debe tomar cartas en el asunto.

    Luego de los resultados en Durango y Veracruz, todavía en litigio, debe haber focos rojos en todos los partidos políticos, incluyendo al del gobierno. El cual, lo primero que debe hacer es cambiar de líder estatal en Veracruz, quien debería ser investigado a fondo.

    Después darse cuenta que tener las puertas abiertas a gente de otros partidos, sin mayor requisito que la ambición personal ha hecho mucho daño a Morena. Y, por último, pero no menos importante, la evidente pugna por querer llegar a 2030 como candidato a la Presidencia de la República, muestra clara de una falta de respeto a las actuales autoridades del país, y, sobre todo, al pueblo de México.

    Votar es como amar, no puede fingirse ni realizarse a fuerza. Es una expresión de conciencia, no un acto de disciplina partidista como todavía lo acostumbra el PAN y el PRI.

  • Las horas después

    Las horas después

    Cuando en enero de 1995, el entonces presidente Ernesto Zedillo decidió jubilar a ministros que le estorbaban en el poder judicial, muy pocos medios de los que hoy cuestionan, se burlan o desaprueban la reciente elección acontecida el pasado domingo 1 de junio, levantaron la voz en signo de protesta. Solo las voces que se encontraban de verdad agraviadas o veían en lo que ocurría un atentado para la justicia y el Estado de derecho, fueron quienes se inconformaron ante tal aberración.

    Hoy, 30 años después de tal ofensa para México y gracias a qué en el sexenio del presidente López Obrador se dieron los cambios necesarios que permitieron llevar adelante la reforma judicial que hoy conocemos como ley y que permitió que se dieran estos comicios, podemos decir, que por primera vez la historia y el camino a seguir de la nación, se dan gracias a la voluntad del pueblo.

    A diferencia de algunos grupúsculos de derecha, que alegan una baja participación para elegir a distintos representantes dentro del poder judicial, el hecho de qué en números totales, la votación fuera más grande que las preferencias de la gente por el PAN, PRI o Movimiento Ciudadano, en los pasados comicios federales de 2024, confirma el anhelo de la gente por vivir una verdadera experiencia de justicia, para dejar atrás las puestas en escena que realizaban los medios, de la que se jactaban los políticos, pero que nunca terminaba por llegar al grueso de la gente.

    Por supuesto, no faltaron los ilusos dentro de la otrora poderosa facción conservadora del país, que pidieron al presidente estadounidense Donald Trump apoyo para echar abajo la elección clamando, según ellos, una falta de justicia, cuando él mismo se quejó hace varios años de la corrupción existente en el actual sistema judicial mexicano poco antes, por cierto, de su visita a nuestro país, como candidato a presidente de los Estados Unidos, en la que ninguneó, como pocas veces se había visto, al que era el entonces poderoso (dentro de las fronteras mexicanas), presidente Enrique Peña Nieto.

    Que el proceso es perfectible de cara a los que están por venir, eso debería ser indudable, pues ninguna elección está exenta de depurar errores o de actualizar sus estándares. Prueba de lo anterior es, por ejemplo, el hecho de qué en México aún no se cuenta con un sistema de votación electrónico seguro y eficaz, como el que sí existe en Venezuela y junto con esto se podrá pensar en distintas maneras o tiempos para elegir a los siguientes representantes, pero en términos generales, y aún con los cuestionables “acordeones” de los que hasta el presidente López Obrador se valió, quienes participamos del evento con nuestro sufragio, fuimos conscientes de la necesidad existente de justicia real y no simulaciones, como nos tenían acostumbrados.

    Ahora, los integrantes de la derecha de México, que tiene como estandarte la mentira y la calumnia, exasperados, atacan rabiosos a los líderes de la izquierda y a los nuevos integrantes que conforman el poder judicial. Prueba de ello son las incontables afrentas iniciadas en redes sociales cargadas de racismo contra Hugo Aguilar Ortiz, quien se perfila para ser ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo mismo que ocurrió cuando hace 168 años, otro oaxaqueño, Benito Juárez, ostentó el mismo cargo. La historia parece repetirse.

    Sin embargo, es importante tener en cuenta que en México no existe oposición, sino retazos de frentes conservadores que tiene cada uno distintos objetivos, todos sí, coincidentes en cuanto a la corrupción con que se entretejen las ideas que los conforman, pero con cada uno en la búsqueda de encumbrar a personajes que no siempre se tragan unos a otros (ahí tenemos a Javier Lozano y los pleitos de lavadero que protagonizó con Marko Cortés, por ejemplo) y el hecho de que ellos ya no voten en las elecciones porque o bien sus candidatos ya no son votados, son perseguidos por las autoridades o ya no se pueden robar elecciones de manera masiva, podría considerarse un triunfo para la incipiente y real democracia que nació a nivel nacional en 2018.

    Estamos viviendo historia, como hace más de siglo y medio, y si no soltamos la rienda como pueblo empoderado que somos, nuestros conocidos y seres queridos, que cayeron luchando por un México mejor, no habrán muerto en vano.

    Por ellos y nosotros. Por todos.

  • ELEGIR PARA DEPURAR: EL RETO DEMOCRÁTICO DEL NUEVO PODER JUDICIAL

    ELEGIR PARA DEPURAR: EL RETO DEMOCRÁTICO DEL NUEVO PODER JUDICIAL

    El 1 de junio de 2025, más de 13 millones de mexicanas y mexicanos acudieron a las urnas para decidir, por primera vez en la historia, quiénes ocuparían los cargos del Poder Judicial Federal y local. Fue un ejercicio sin precedentes que aspiraba a romper con décadas de nepotismo, corrupción y decisiones judiciales al servicio de intereses privados y del crimen organizado. Con esta elección, México emprendió un camino de democratización del sistema judicial que, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, busca concretar el ideal juarista de “al margen de la ley nada; por encima de la ley nadie”.

    Antes de esta jornada, el Poder Judicial vivía bajo la sombra del favoritismo: según reconoció su propia presidenta, casi la mitad de los jueces y magistrados habían llegado a su puesto por lazos familiares, no por una trayectoria jurídica impecable. Decisiones polémicas, como liberaciones a presuntos integrantes de la delincuencia organizada y amparos que favorecían a grandes defraudadores y los intereses corporativos, erosionaron la confianza ciudadana. Ante este panorama, era imperativo dar un paso transformador: que sea el pueblo, y no unas cuantas élites, quien elija a sus jueces.

    La reforma constitucional impulsada en febrero de 2024 y aprobada el 15 de septiembre marcó el inicio de este cambio. En parlamento abierto, con más de 100 modificaciones y un amplio proceso de consulta, se sentaron las bases del nuevo modelo: seis boletas para nueve cargos de ministra o ministro de la Suprema Corte, dos magistraturas de la Sala Superior del TEPJF, 15 de las salas regionales del Tribunal Electoral, cinco magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial, 464 magistraturas de circuito y 386 juzgados de distrito, junto con miles de puestos locales en 19 estados. El INE, el TEPJF y la FISEL se encargaron de la logística, con más de 522 000 funcionarios de casilla y un despliegue que abarcó todo el territorio nacional.

    “Fue un proceso transparente, con comisiones profesionales que evaluaron perfiles, campañas austeras y votación libre”, destacó Sheinbaum en su mensaje tras el cierre de casillas. Esa misma noche, el 13 % del padrón había emitido su voto, cifra que, si bien quedó por debajo del objetivo de 20 %, duplicaba la participación de la consulta a expresidentes de 2021 y superaba los sufragios que obtuvo cada partido opositor en 2024. La mandataria celebró que estas cifras conviertan a México “en el país más democrático del mundo”: un país donde, esta vez, la elección no fue para renovar un cargo político tradicional, sino para seleccionar a quienes impartirán justicia.

    Sin embargo, a la par de este entusiasmo, surgieron voces que alertaron sobre los riesgos de introducir la política en un poder que debe ser independiente, corriéndose el riesgo de que grupos políticos o criminales infiltren candidaturas, eligiendo simpatizantes antes que juristas capacitados lo que pudiera provocar que un juez electo podría verse obligado a rendir cuentas a sus promotores o financistas, en lugar de apegarse estrictamente a la norma y la equidad.

    Frente a estas preocupaciones, la presidenta Sheinbaum ha asegurado que la transparencia en la selección de candidatos y la existencia de filtros profesionales hacen difícil cualquier manipulación. Los comités de evaluación compuestos por representantes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial revisaron antecedentes, currículo, méritos y posibles conflictos de interés. Además, el recién creado Tribunal de Disciplina Judicial deberá velar porque quienes ocupen un cargo no incurran en conductas antiéticas. Aun así, la vigilancia ciudadana será esencial: la elección no termina el día de la votación, sino que comienza un período en el que la sociedad debe exigir a jueces y magistrados la coherencia entre sus fallos y el interés general, no el de grupos de poder.

    Más allá de estos riesgos de captura, el proceso impulsado por el gobierno federal logró avances inéditos. Por primera vez, la ciudadanía tuvo acceso directo a la información curricular de 3 422 candidatas y candidatos, gracias al portal “Conóceles” que habilitó el INE: ahí pudieron revisar formación académica, trayectoria profesional, propuestas y hasta posibles cuestionamientos éticos. Esa transparencia —una novedad para un poder acostumbrado al sigilo— rompió con la opacidad que permitía favoritismos en nombramientos anteriores.

    Otro tema importante fue la creación del Tribunal de Disciplina Judicial, cuyo rol consiste en investigar faltas de jueces y magistrados, sancionar a quienes incurran en nepotismo, prevaricación o incumplimiento de sus funciones. Este órgano, cuyos cinco integrantes también fueron electos por la ciudadanía, brindará un mecanismo de rendición de cuentas que complementa los filtros previos y atiende las críticas de quienes señalaban que, bajo el sistema antiguo, los abusos quedaban impunes.

    Por otra parte, la elección popular fomentó una cultura cívica poco vista en procesos ajenos a cargos políticos tradicionales. En las semanas previas, miles de ciudadanos consultaron las hojas de candidatos, comparecieron en foros locales organizados por el INE y analizaron las propuestas de postulantes a jueces de circuito o ministerios de la SCJN. Ese esfuerzo no solo profundiza la democracia: obliga a cada electora y elector a aproximarse a los conceptos de imparcialidad, derechos humanos y profesionalismo judicial.

    A pesar de la complejidad del proceso y de que aún hay aspectos por perfeccionar, el balance inicial permite identificar áreas clave de mejora. Una de ellas es la comunicación: muchos votantes desconocían las funciones específicas de los cargos judiciales, por lo que será necesario que el INE y organizaciones civiles elaboren materiales claros y accesibles que orienten al electorado en futuras elecciones.

    También se requiere mayor inversión pública para garantizar condiciones equitativas de participación. En muchas zonas rurales e indígenas la instalación de casillas fue insuficiente, y miles de personas quedaron sin acceso efectivo al voto. Para que el “poder ciudadano” sea real, se necesitarán más recursos, logística ampliada y opciones como el voto anticipado o electrónico para migrantes y población vulnerable.

    Otro reto será blindar la independencia del nuevo Poder Judicial. Aunque los comités de evaluación ayudaron a reducir el riesgo de filtraciones políticas, deben establecerse límites estrictos para evitar el nepotismo o el uso electoral de las candidaturas. El Tribunal de Disciplina Judicial deberá actuar con firmeza ante cualquier señal de corrupción. 

    La sociedad civil tiene un papel insustituible en este nuevo escenario: debe vigilar el actuar de quienes tomaron posesión en septiembre, exigir transparencia y denunciar fallos que traicionen los principios del Estado de Derecho. La elección judicial de 2025 fue una apuesta audaz para depurar al Poder Judicial y ponerlo en manos del pueblo. Aunque con riesgos, su objetivo de fondo combatir privilegios, impunidad y nepotismo, sigue vigente. Para lograr una justicia más humana e imparcial, se requiere vigilancia constante, evaluación de resultados y el compromiso conjunto de sociedad y gobierno: solo así podrá afirmarse, con legitimidad, que nadie está por encima de la ley.

    • La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.
  • 13 por ciento, suficiente para que gane la justicia

    13 por ciento, suficiente para que gane la justicia

    Y pudo haber sido mejor si el nivel de participación fuera más alto y, sobre todo, si el proceso como tal, realmente se apegara al espíritu de cómo fue concebida la reforma; digamos que existen una serie de elementos necesarios para revisar en este proceso sin restarle mérito al hecho de que, por fin, habrá un poder judicial que esté representado por la voluntad expresa de la ciudadanía y no por los pequeñísimos grupos de poder hoy conocidos como el cártel de la toga.

    El primer elemento clave motivo de análisis: muchas candidatas y candidatos en un nutrido número de boletas hicieron sumamente difícil identificar a quienes poseían mayores cualidades para verse beneficiados con el voto. El día de la elección un estudiante universitario que se encontraba en la casilla me comentó que identificaba los perfiles de algunos, decidió darles prioridad sin considerar a los demás lo que, a mi juicio, redujo la posibilidad de que un buen perfil alcanzara el voto de ese estudiante. 

    Otro elemento que merece revisarse: Las reglas para todo participante fueron claras desde el principio, pero habrá que reconocer que la premura de la elección tomando en consideración el tiempo a partir de la aprobación de la reforma, resultó más en una serie de restricciones para los aspirantes que en encontrar los mecanismos adecuados para que éstos pudieran ofrecer sus propuestas y llegar a la sociedad en su conjunto. De haberse diseñado un reglamento más flexible, no en cuanto al gasto precisamente, habría hecho posible que el resultado se reflejara en una participación mucho más amplia que la que se tuvo el pasado domingo. Pero el simple hecho de irse por la fácil de “restringir” lo más posible, dejó la puerta abierta para que las propias candidatas y candidatos, optaran por auto limitarse.

    Las condiciones de desventaja o la falta de piso parejo en algunos de los casos también deben revisarse. ¿Cómo podría un aspirante con el cargo de Secretario de Acuerdos (por citar un ejemplo) propuesto por el ejecutivo o el legislativo hacer campaña como el aspirante en funciones, cuando la regla obligaba a hacerlo exclusivamente fuera del horario de labores? En este punto, ni el recurso económico ni los espacios temporales daban condiciones para realizar una campaña que realmente diera a conocer sus propuestas en el ámbito territorial que le correspondía de acuerdo a la distribución distrital del Instituto Nacional Electoral. Dicho sea de paso, el ámbito territorial designado para muchos candidatos a partir de la distribución distrital también puede considerarse como un factor que jugó en contra de los aspirantes.

    Pero con todo y estos puntos que seguramente formarán parte del análisis para las futuras elecciones de esta naturaleza, lo cierto es que nuestra democracia ha avanzado de manera significativa, especialmente la división de poderes, por más que los detractores de la reforma se desgarren las vestiduras por señalar lo contrario. Aprovecharía para preguntarle a todas y todos los miembros más visibles de la oposición, sin importar de qué partido sean: Digamos que un 13 por ciento es un fracaso, supongamos sin conceder, pero ¿Qué opinión tiene la oposición acerca de ese 13 por ciento de personas que se dieron cita para votar? ¿Todos son morenistas? Porque si la respuesta es que sí y la opinión se reduce a su identidad con López Obrador / Sheinbaum o el morenismo en general, deberían de estar más preocupados entonces, porque las condiciones electorales para el 2027 no se ven muy halagadoras que digamos.

    Cómo sea, la elección ya pasó dejando atrás la idea de que se trataba de una simulación, lo ideal es que hayan ganado los mejores perfiles, los más preparados sí, pero también los más honestos y no, por supuesto que no habrá prietitos en el arroz, seguramente uno que otro dejará dudas en su actuar, sin embargo, hoy, gracias a la reforma, habrá posibilidad de someterlo a revisión, de exigirle rectitud y de estar pendiente del actuar y eso es lo que también debemos celebrar.

    PD. El Maestro Víctor Hernández Tovar compitió en este proceso ganándose cada voto a pulso, no tuvo más respaldo que el de sus 17 años al servicio de un tribunal siendo reconocido por su alto nivel de productividad y por su honradez. Más allá del resultado, en casa nos sentimos orgullosos de él y apreciamos mucho a la gente que de manera bondadosa le confió su voto. Sí, es mi hermano.

    • Luis Tovar
      Secretario General de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente.
  • Hablar de infancias

    Hablar de infancias

    Me estoy integrando a un nuevo curso como profesora de licenciatura en psicología y estoy discutiendo con mis estudiantes el concepto de infancia y adolescencia, pero éste último me gustaría dejarlo en pausa por el momento para centrarme en la discusión sobre el concepto de LA infancia, que de alguna forma engloba una parte de LA adolescencia. Esta acción intencionada de colocar con mayúsculas los artículos que anteceden los conceptos es para poner en el centro del cuestionamiento la forma en que hemos hecho categorías cerradas que describen formas de estar en el mundo generales sin dar cuenta de las características especiales de cada concepto. Para esta parte de la discusión seguiremos a Anzaldúa https://tramas.xoc.uam.mx/index.php/tramas/article/view/607/604, pero haremos una traducción de los elementos psicológicos a fin de que resulte clara la reflexión que tuvimos en clase. 

    Hablar de LA infancia o adolescencia es un error porque no existe una, sino múltiples formas de vivir estas etapas del desarrollo de la persona. Si nosotros hablamos de una infancia y una adolescencia, las características y marcos descriptivos dejarán fuera muchas formas diversas de convivencia. Tenemos que considerar que los contextos que permiten construir sentidos de la vida cotidiana o del conocimiento están enmarcados en los espacios de socialización en donde se desenvuelven los infantes. ¿Cómo pasa esto? Porque los niños aprenden de su entorno social y cultural. Las primeras formas de socialización son la familia más cercana y es común observar que los niños tienen los mismos gestos, palabras y actitudes de sus personas cercanas. 

    Si un niño crece en una granja aprende a diferenciar una vaca de un cerdo y va a imitar los sonidos de los animales que escucha a su alrededor. Ahora, digamos que un niño citadino aprende también por medio de dibujos la asociación de los aminales con los sonidos que emiten. ¿Qué diferencia podría existir en estos comportamientos? Quizá ninguna, pero a veces existen diferencias abismales. Recuerdo una anécdota donde un niño citadino visitó por primera vez a los 7 años un espacio rural y vio una vaca. El niño se asustó mucho, al grado de hacer preguntas que pensaríamos fuera de lugar, ¿qué es eso?, dijo. Resulta que el animal gigante era una vaca, pero la referencia que tenía eran los dibujos escolares en donde las vacas poseen las mismas dimensiones que los perros, así que ver el animal de tamaño real lo impactó mucho. Con este ejemplo podemos observar que cuando hablamos de infancia necesitamos hablar de infancias, de los niños y de las niñas enmarcados en contextos específicos de crecimiento y desarrollo porque no tenemos las mismas experiencias de vida o la misma educación sentimental. 

    Las infancias son espacios temporales que conforman un proceso de incorporación de relaciones sociales, personales, familiares o culturales que enmarcan a un nuevo ser humano y lo convierten en un sujeto que está anclado a estos marcos y que a su vez transforma este contexto, de tal forma que la convivencia es un constante intercambio de sentidos. La sociedad que rodea a un niño se transforma por el hecho de convivir con él y construye marcos que recibirán otros nuevos seres con particularidades contextuales por las relaciones que le anteceden. Entonces entendemos como subjetividad a un marco de relaciones que permite al sujeto construir su propia experiencia del mundo donde se desenvuelve. Con esta explicación es congruente dar la razón a Anzaldúa y hablar entonces sobre las infancias y las adolescencias. Para incluir las formas de subjetividad que se pueden dar en una sociedad particular. 

    Como vimos en el ejemplo sobre las vacas, no podemos afirmar que la infancia de cada niño sea la misma cuando desarrollan el mismo conocimiento, pero en contextos diferentes. Entonces, tampoco podemos decir que los estilos de crianza sean los mismos, las palabras afectivas o las actividades recreativas entre familias que comparten incluso la misma colonia sean las mismas. Tan complejo es como lo estamos leyendo, pero ¿cuáles son las implicaciones de esto? Por un lado, están las necesidades de cada niño, no son las mismas y por ende no podemos dar recomendaciones generales o tomar los consejos masivos como mandatos estrictos; más bien requerimos recomendaciones inclusivas que permitan ser contextualizadas. 

    Una de las problemáticas que encuentro con mayor regularidad es cómo en los contextos urbanos las infancias se enfocan en crecer de forma acelerada. Las niñas que usan maquillaje, los niños expuestos a las pantallas o niñas y niños que visten como si fueran adultos, sin permitir que vivan su etapa infantil. Y también, las Infancias víctimas inocentes de agresión, cuyo día internacional se celebró ayer 4 de junio, una vez más recordando a los niños del pueblo Palestino, claras víctimas inocentes. Una muestra más de que las infancias no son las mismas en todos lados. 

  • DÍA HISTÓRICO PARA MÉXICO Y DÍA PARA REFLEXIONAR EN MORENA

    DÍA HISTÓRICO PARA MÉXICO Y DÍA PARA REFLEXIONAR EN MORENA

    El domingo 1 de junio de 2025 quedará marcado en el calendario de la historia política de nuestro país ya que ocurrió un hecho inédito que fue la votación para renovar el poder judicial, poco más de 13 de millones de mexicanos acudimos a votar con la idea de tener un poder judicial que realmente imparta justicia para toda la población y no solo de unos cuantos como ha sucedido por décadas en donde la desigualdad jurídica ha sido más que evidente con un poder judicial corrupto y lleno de conveniencia política, no podemos olvidar la famosa cena de Norma Piña con las cúpulas del PRIAN pagada con recursos del presupuesto con la única finalidad de formar un frente contra la cuarta transformación que  a la postre fue ineficaz siendo evidente que ni para conspirar son buenos.

    Sin embargo, ahora que se difundan los resultados oficiales los mexicanos veremos un cambio en la forma de impartir justicia y esperamos que por fin tengamos un poder que se preocupe por aplicar la ley para todos, el día que se cristalice ahí se verá el verdadero triunfo.

    Por otro lado en una jornada electorera de algunos estados de la república hablando de Veracruz y Durango en donde nuestro movimiento se vio bastante sacudido ya que se perdieron municipios y se vio un avance de movimiento ciudadano no omitiendo mencionar que la mayoría de los triunfos que obtuvo este partido fue con candidatos que fueron rechazados de MORENA demostrando una vez más lo ineficaz que son los medios para la elección de cuadros dentro del partido y que ha puesto al descubierto que aunque el partido naranja no cuenta con capital político para las próximas elecciones es un partido que aprovecha las debilidades de MORENA para poco a poco posicionarse en el gusto de la población, por lo que si la dirigencia no hace nada en las intermedias de 2027 veremos un decremento de los espacios que ahora se tienen y se corre el riesgo de perder la mayoría en el congreso y los estados que participen en dicha elección.

    El problema de esto es que la dirigencia de Luisa Maria Alcalde se muestra bastante resistente a la autocrítica y un tanto soberbia ya que se aventaron la maroma de mostrar un mapa en donde con un 65% de los municipios ganados en Veracruz buscan justificar que los Naranjas vienen ganando terreno y este partiducho de quinta se ha enfocado en llevarse candidatos rechazados por MORENA logrando triunfos en muchos casos por amplio margen demostrando que es urgente un cambio de visión al momento de escoger a quienes nos representarán en la urnas en las próximas elecciones ya que de no hacerlo lo único que se conseguirá será mostrar que el movimiento que formó Andres Manuel Lopez Obrador se está debilitando no por malo si no por la soberbia y falta de humildad que actualmente muestra la dirigencia.

    No es ningún secreto que varios de los cuadros que ganaron en alcaldías obtuvieron dichos triunfos por el famoso voto de castigo ya que el electorado se siente traicionado cuando observa que las candidaturas se otorgan a personajes no bien vistos o se dan como pago por favores políticos que ha recibido el partido desplazando a figuras que la población sigue por lo que al momento de votar aplican el castigo, pero si las personas al frente del movimiento no lo perciben así y quieren seguir viviendo en su cuento de hadas entonces la lucha de décadas se tirara a la basura solo por una cerrazón de no querer dar un golpe de timón y poder realizar una mejor selección de candidatos.

    Hay que hacer énfasis que la Presidenta está haciendo una excelente labor pero que por una dirigencia ineficaz no se logrará la continuidad y se deja que mugreros de la oposición se fortalezcan con cuadros emanados del movimiento lo cual es una gran contradicción.

    Esperemos que sirva de experiencia para que se revisen las bases de selección y que el obradorismo continúe vigente por muchísimo tiempo más. 

    En estos momentos es cuando se extraña la figura de Andrés Manuel cuando falta carácter y toma de decisión para fortalecer aún más lo que con tanto sacrificio se ha logrado, tengo la esperanza que en cuanto termine su libro poco a poco retome la vida pública dentro del partido porque BASTANTE FALTA HACE UN LÍDER MORAL.

    Nosotros somos fuertes, ¡Viva México!