En lo que va de 2025, las autoridades mexicanas han asegurado 96 narcolaboratorios clandestinos, superando las cifras de años anteriores y evidenciando un aumento en la producción oculta de drogas en zonas alejadas y sin condiciones sanitarias, alertan expertos.
De acuerdo con una investigación de El Universal, de enero de 2019 a diciembre de 2024, se han decomisado 282 laboratorios, principalmente en Sinaloa (152), Durango (51), Aguascalientes (16), Jalisco y Michoacán (14 cada uno).
Según datos de la Fiscalía General de la República (FGR), estos laboratorios están equipados con utensilios improvisados: bidones de plástico, ollas ennegrecidas, estufas rústicas y mesas desgastadas, ubicados en zonas sin infraestructura ni higiene, lo que agrava el riesgo para la salud de los consumidores.

El químico e investigador Gabriel Vera destaca que los narcolaboratorios pasaron de operar cerca de zonas urbanas a ubicarse en la sierra, donde el equipo es de baja calidad y sin protección para quienes “cocinan” las drogas. Además, señala que la reutilización de recipientes sin limpieza genera acumulación de subproductos peligrosos que contaminan las sustancias finales.
Para el consultor en seguridad Alberto Hidalgo, el traslado de narcolaboratorios a zonas remotas obedece a la dificultad de detección por parte de las autoridades, pese al uso de tecnologías como cámaras térmicas y drones.
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