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  • El oligofrénico de la Casa Blanca no acabará bien

    El oligofrénico de la Casa Blanca no acabará bien

    Trump piensa que reventar la gobernanza global e intimidar a todos es la mejor estrategia para conseguir sus objetivos. No lo es. El mundo se está dando cuenta que Estados Unidos ya no es un socio confiable, que es mejor vender, o, al menos, diversificar las monedas de reserva en bancos centrales. Por eso es que el oro ha alcanzado niveles históricos. Nadie se fía ya de la política al estilo matón barriobajero y muchos se están deshaciendo del papel moneda.

    Lo paradójico y divertido es que el gobierno gringo se ha gastado, durante muchos años, miles de millones de dólares en propaganda contra el comunismo, el socialismo, China, Rusia y los no alineados a Occidente; y en muy pocos meses de locura Trumpiana, hasta el más despistado y despolitizado se da cuenta que Estados Unidos salva al mundo en las películas, pero en la vida real hay que salvarse de Estados Unidos; que Putin es más sensato y mucho mejor líder que Trump, y que la nueva formación económica con orientación socialista que dirige con éxito el partido comunista de China es, de lejos, la mejor opción desarrollista, evidenciando las grandes y graves fallas del capitalismo anglosajón.

    La última declaración nauseabunda de Trump fue con relación a Gaza. Dijo que Estados Unidos tomará control del territorio bombardeado y, sobre los cadáveres de niños, mujeres y civiles inocentes, construirá un desarrollo inmobiliario tipo Riviera para satisfacer a sus amos, los judeo masónicos que controlan el mundo a través de empresas de capital como Blackrock, Vanguard, State Street y Berkshire. No conforme con ello, quiere imponer a Jordania y Egipto el que reciban a casi dos millones de palestinos, como si de ganado animal se tratara.

    Como una muestra más de su arrogancia colonial, sigue insistiendo en que Groenlandia servirá como suministro energético y de recursos para Estados Unidos, que Ucrania será su reservorio de granos y tierras raras, que tomará posesión del Control de Panamá para favorecer su comercio y bloquear a China, que Canadá debería ser un estado más de su país y, finalmente, decidió cambiarle el nombre al Golfo de México, que siempre será Golfo de México.

    Esta historia ya la hemos visto antes. Alguien que quiso pasar por encima de los demás, que quiso imponer una supremacía, que quiso eliminar a sus enemigos de la forma más cruel, que quiso eliminar cualquier rastro de humanidad hacia los débiles o los desposeídos, que quiso culpar a otros de los problemas, que eran tan cínico como cruel en su discurso, y que acabó humillado. Y es que Trump encarna perfectamente el espíritu fascista e imperialista del anticristo alemán de apellido Hitler.

    Intimida a todos con aranceles, que por cierto, la mayoría de estadounidenses ignora que esos impuestos los paga el consumidor, no los vendedores. Gobierna por decretos con el pretexto de la seguridad nacional, pasando por encima de las instituciones y destruyendo acuerdos y tratados históricos. Declara abiertamente que atacará a Irán en específico y a cualquiera que se oponga a sus designios, pero como buen cobarde, prefiere el “diálogo” con Rusia y China.

    Trump representa todo lo que está mal en la política y en el mundo, y la prospectiva geopolítica indica que acabará mal. Tal vez no humillado como los gringos humillaron a Gadafi o a Hussein, pero la historia lo pondrá en su lugar, como lo peor que ha existido en política, y los estadounidenses se avergonzarán -la mayoría- como los alemanes se avergüenzan de Hitler.

    La innovación china, el poderío militar ruso, la resistencia latinoamericana y la lucha digna en el medio oriente son los puntos de partida para derrotar al Trumpismo, solo falta que Europa recobre un poco la dignidad y plante cara al “socio” que le ha puesto el pie en el cuello y debilitado a cambio de una falsa seguridad. Por su parte, México debe seguir plantando cara con dignidad y esperar con paciencia a que Trump y su discurso de odio se devore a sí mismo.

  • ¿Somos muchos?

    ¿Somos muchos?

    Supongamos que a usted le brincó una interrogante. Supongamos que quiere saber cuántas personas viven hoy en México. Sería bastante lógico que usted acudiera al sitio web del INEGI para hallar el dato, pero me temo que un montón de gente acudirá primero a Wikipedia. Si es el caso, es probable que muchos lleguen a la entrada “Países y territorios dependientes por población”. Ahí, hallarán en las alturas de la tabla, en el sitio diez, a México, con 130 millones 536 mil habitantes. ¿A qué fecha se refiere el dato? En el cabezal de la tabla, la columna se titula “Proyección exponencial de la población al 1/1/2025”. Ahora que si usted llega a la misma entrada, pero en idioma inglés, encontrará a nuestro querido país en la misma posición, décima, pero con un poquito menos de gente: 130,294,079 habitantes.

    En el sitio especializado Statista encontré la página Twenty countries with the largest population in 2025. Aquí México, aunque con más habitantes, 131.4 millones, ya no aparece entre los diez países más poblados del orbe, sino debajo de Etiopía en la posición 11. El mismo lugar en la tabla ocupamos según los números del robusto sitio worldometer, entre Etiopía y Japón, y acá con 131.6 millones.

    A quienes los algoritmos de Google los hayan llevado a la página U.S. and World Population Clock, alojada en el sitio en internet del U.S. Census Bureau, verán que, según la oficina encargada de las estadísticas oficiales del gobierno norteamericano, en México radicamos 131.7 millones de personas, mientras que a Etiopía la ponen atrás de nosotros, con 121.3 millones. Curiosamente, la CIA, la agencia de inteligencia del mismo gobierno de Estados Unidos, informa que somos un millón menos —¿la CIA no tendrá bajo vigilancia al Census Bureau?—.

    Pero ¡bueno!, supongamos que por fin alguien se dirige a donde puede encontrar información oficial y confiable para despejar la aludida duda. Quien así lo haga, en el homepage del sitio del INEGI, justo debajo de la barra del menú, arriba a la izquierda, verá un recuadro blanco en el cual, en tres renglones, podrá leer: Población / 126,014,024 / personas. ¿Asunto solucionado? No, porque en un cuarto renglón en el mismo recuadro, con letra más chiquita, dice: 2020. En efecto, habitábamos este país poquito más de 126 millones de hombres y mujeres justo hace cinco años, cuando se llevó a cabo el más reciente Censo de Población y Vivienda —el operativo de levantamiento de la información ocurrió del 2 al 27 de marzo, justo al inicio de la pandemia—. Para darse uno una idea, quizá podría servir saber que cinco años antes, es decir, en 2015, según la Encuesta Intercensal realizada también por el INEGI, éramos 119.5 millones. Redondeando, de 2015 a 2020 aumentó la población total de México en 6.5 millones de personas. Si a lo largo de los últimos cinco años nuestra población hubiera aumentado exactamente la misma cantidad de habitantes, ahora seríamos 132.5 millones. ¿Será? Mejor, ¿seremos? 

    Por más tosca que sea la estimación anterior, mantiene cierta lógica con la cifra a la que llegó el INEGI para 2023: según los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica levantada hace un par de años, entonces éramos 129.5 millones. También en el sitio web del INEGI quien dedique un poco de tiempo para encontrarlas podrá conocer las estimaciones de población total para el país que aporta la ENOE: al cuarto trimestre de 2023, 129.6 millones, y 130.3 un año después. Ahora, según las estimaciones de la ONU a mediados de 2025 seremos un poco menos, 131.9 millones. Con todo, conviene recordar que en México, así como el INEGI es el organismo oficialmente encargado de aportar los datos censales, las estimaciones de población son responsabilidad del Consejo Nacional de Población. Bien, pues el CONAPO calcula que somos más. Según su Conciliación Demográfica de 1950 a 2019 y Proyecciones de la población de México y de las entidades federativas 2020 a 2070, a mediados de 2025 la República Mexicana estará poblada por 133.4 millones de seres humanos. 

    Tomando por buena la proyección de CONAPO, para tratar de dimensionar ¿qué tantos somos, digamos que esos 133.4 millones de personas son solamente una persona? Dada esa proporción —población total de México = 1— ¿cuántos seres humanos pueblan el planeta Tierra? Bueno, además del mexicano… o mexicana mejor, que es hoy tiempo de mujeres, el mundo tendría 60 habitantes más, la gran mayoría de ellos, 36, pululando en un continente, Asia —en la conflictiva Europa, y considerando toda Rusia como parte de ese subcontinente, en la proporción población de México igual a un habitante, viven poco menos de seis personas—. De las 61 personas que hay en el mundo, 21, más de un tercio (35%), viven en India y China. ¿Y cuántas personas habitan hoy en Estados Unidos? 2.56 

    Actualmente la alianza económica y política conocida por las siglas de los primeros países que la formaron, los BRICS, se integra por diez miembros: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Si igualamos el total de habitantes de México a una persona, en los BRICS viven casi 27, mientras que en los tres países que integran el tratado de libre comercio que Trump está dinamitando cuatro solamente.

    Siempre conviene tomar cierta perspectiva para calarle el agua a los frijoles, más cuando las cosas se ponen color de hormiga.

    • @gcastroibarra
  • MÉXICO AL ZÓCALO: UNIDAD Y RESPUESTA NACIONAL ANTE LOS ARANCELES DE TRUMP

    MÉXICO AL ZÓCALO: UNIDAD Y RESPUESTA NACIONAL ANTE LOS ARANCELES DE TRUMP

    La reciente decisión de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas y canadienses, además de gravar productos chinos con tarifas adicionales, ha generado una fuerte respuesta internacional. Estas medidas, que vulneran el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), han sido justificadas por Trump bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y la migración ilegal. Sin embargo, en lugar de ceder, México ha mostrado una postura firme de resistencia. La presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha convocado al pueblo mexicano al Zócalo el 9 de marzo para anunciar medidas de respuesta, ha reafirmado el compromiso de defender la soberanía nacional frente a lo que considera una acción injustificada.

    El llamado al Zócalo por parte de Sheinbaum refleja el ánimo de unidad que el gobierno mexicano busca fortalecer ante este desafío económico. No solo el pueblo, sino también una amplia coalición de políticos, legisladores y gobernadores han expresado su apoyo. Desde el Senado, Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, y otros legisladores de su partido, el PT, PVEM y MC han cerrado filas con la presidenta, calificando los aranceles como una violación directa al T-MEC y como un acto de injerencia económica que perjudica tanto a México como a Estados Unidos. En la Cámara de Diputados, el respaldo a Sheinbaum también ha sido rotundo, con la mayoría de los legisladores alineados en defensa de la soberanía nacional.

    El gobierno mexicano, lejos de ceder ante la presión de Trump, se ha comprometido a actuar con responsabilidad y moderación. México responderá con medidas arancelarias y no arancelarias ante la imposición “unilateral” de tarifas por parte de Donald Trump, pero también con determinación. Sheinbaum ha dejado claro que las medidas a tomar no buscan un conflicto con su vecino del norte, sino una defensa legítima de los intereses del pueblo mexicano. “Cooperación sí, subordinación no”, ha afirmado, subrayando que México está dispuesto a dialogar, pero que no permitirá que su economía y su pueblo sean sacrificados por decisiones unilaterales.

    La respuesta de México ha sido respaldada por otros actores internacionales. Canadá, bajo la dirección de Justin Trudeau, también ha impuesto aranceles del 25% a productos estadounidenses por valor de 30,000 millones de dólares, y ha planteado la posibilidad de ampliar estos gravámenes si Trump no revierte su postura. Trudeau, al igual que Sheinbaum, ha defendido que los aranceles son injustificados y que no deben poner en riesgo la soberanía económica de los países vecinos. La solidaridad entre México y Canadá en este conflicto es crucial, pues demuestra que la política proteccionista de Trump no sólo afecta a un  país, sino que desestabiliza todo el comercio regional.

    China, por su parte, ha reaccionado imponiendo aranceles adicionales a productos agrícolas estadounidenses, además de añadir a varias empresas de Estados Unidos a su lista de “entidades no confiables”. A nivel global, las respuestas de México, Canadá y China han mostrado que los países no se dejarán doblegar por la estrategia comercial unilateral de Trump, lo que ha intensificado la presión sobre la administración estadounidense para reconsiderar sus medidas.

    Las medidas arancelarias no solo han alterado las relaciones comerciales entre los países involucrados, sino que también han tenido repercusiones inmediatas en los mercados internacionales. Las bolsas de valores han experimentado caídas significativas, especialmente en Asia y Europa, mientras que los precios de productos básicos, como alimentos y productos industriales, se han visto incrementados, afectando tanto a consumidores como a empresas de todos los tamaños. El temor a una guerra comercial total ha generado incertidumbre económica, y los mercados se han visto golpeados por la falta de claridad en las decisiones de Trump.

    Ante este panorama, México no ha cerrado las puertas al diálogo. La presidenta Sheinbaum ha reiterado que su gobierno sigue abierto a la diplomacia con Estados Unidos, en busca de una solución que sea beneficiosa para ambos países. Además, se encuentra en conversaciones directas con el gobierno estadounidense para explorar posibles alternativas. De hecho, recientemente ha trascendido que Trump podría considerar un aplazamiento de los aranceles a la industria automotriz mexicana y canadiense, debido a las presiones de los fabricantes de automóviles, quienes temen que los nuevos gravámenes disparen los costos de producción y afecten la competitividad de sus empresas. Esta posibilidad de un “indulto temporal” es una oportunidad para retomar las negociaciones y evitar un daño aún mayor a las economías de la región.

    El panorama actual subraya la necesidad de que los países involucrados busquen una solución pacífica y negociada. Aunque las represalias económicas son una respuesta legítima, la diplomacia sigue siendo el camino más seguro para evitar una escalada que afecte aún más la estabilidad global. México, apoyado por sus aliados en el Senado, la Cámara de Diputados y los gobernadores, continúa apostando por el diálogo, sin renunciar a su derecho de proteger su economía y sus ciudadanos.

    La respuesta unificada de México, Canadá y China ante los aranceles impuestos por Donald Trump demuestra que la soberanía y la justicia económica no deben estar sujetas a presiones externas. Claudia Sheinbaum, con el respaldo de su pueblo y sus aliados políticos, ha dejado claro que México no se someterá a decisiones unilaterales que perjudiquen a su gente. La solidaridad internacional y la búsqueda de soluciones diplomáticas son esenciales para resolver este conflicto sin recurrir a un daño económico innecesario. México sigue demostrando que, aunque enfrentado a grandes retos, su unidad, su soberanía y su dignidad como nación están por encima de cualquier amenaza.

    • La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.
  • Nostalgia sin memoria opositora

    Nostalgia sin memoria opositora

    Los lectores de noticias, método rudimentario que todavía se repite en los noticiarios de la televisión mexicana, decidieron convertir las noticias en una plática coloquial y restarle importancia a la participación de la sociedad en la información, los consumidores de noticias a través de la televisión agregaron, poco apoco, palabras de una conversación que se aceraba más al chisme que al rigor periodístico. Esta costumbre fue degenerando conforme crecía la “confianza” personal entre quien leía las noticias y quien la veía.

    Llegar a los hogares a descubrir el mundo era un experimento diario, cada hogar era un laboratorio de engaños y manipulación, donde quienes aparecían en la pantalla estaban obligados a ganarse la confianza de la gente en la sala de su casa más que con credibilidad con simpatía, con sencillez, hasta con algo de comicidad de ser posible. Había que quedar bien con los anfitriones, no importaba la veracidad de las noticas sino la simpatía del invitado.

    Los vocablos convencionales. Se escapaban del rigor periodístico y el habla se convertía en especulación cotidiana, como en las pláticas de café. Llegó el momento en el que la verdad fue sacrificada para crear una empatía directa entre huésped e invitado que cada noche, dijera lo que dijera, no era cuestionado, y la manipulación política aceitó entonces su maquinaria.

    Ofrecer información con las palabras “para colmo”, “fíjese que”, “le comento que…”, “ponga atención”, etc. Como si se tratara de un artículo antes del sustantivo, y lo que viene no es la noticia sino un adjetivo que es lo que induce la percepción de la información próxima a salir de sus labios.

    Esos que leían las noticias en la televisión prevalecen en ella, son una especie en extinción que persisten en mostrar su imagen decadente, en una práctica decadente con consignas decadentes disfrazada de noticias. Ninguno de ellos vive modestamente y sus salarios no eran ni son extraordinarios. Fueron de los que hicieron de la mentira una mercancía que aumentaba constantemente su valor.

    Ahora, quienes se acostumbraron a ver la información como hecho aislado sin origen ni efecto, como si surgieran de manera espontánea de la nada siguen creyendo que se informan acerca del mundo a través de giros coloquiales del lenguaje que hablan de todo menos de los detalles sólidos de la realidad, ni del contexto ni de las causas y los objetivos de sucesos que parecieran salir, como hongos, de la humedad, sin más antecedente que la inercia de la naturaleza.

    Nunca aterrizaron información alguna en un marco legal, histórico, Constitucional, de tal manera que muy pocos mexicanos saben que la Carta Magna tiene 136 artículos y 19 transitorios. Que es una información real y práctica. Tampoco saben quién fue el personaje cuyo nombre lleva la calle donde viven, donde trabajan o donde estudiaron.

    Nunca les enseñaron a ver detrás de lo aparente, donde la superficialidad es la constante y extravía la visión hasta convertir en miopes de la sabiduría a quienes quieren ir más alá de las fronteras de la percepción convencional. Esto no es algo esotérico sino dominante, engañoso, manipulador.

    La clase media apegada al televisor por generaciones conoce los adelantos de la tecnología, incluso en el ámbito de la información, pero la utilizaría para rescatar el pasado en materia noticiosa.
    Familia de esa clase media niega ser de izquierda o de derecha y que es más conservadora que la ultraderecha, sería capaz de utilizar una imagen de Inteligencia Artificial con la cara de Zabludovski, o cualquiera de esos tiempos, para regresar a los tiempos en que las noticias eran contadas de manera sencilla y fantasiosa.

    La clase media conservadora necesita una máquina del tiempo pero sólo para viajar al pasado. Es la forma de dar a conocer las noticas donde el tiempo pareciera no transcurrir, el tiempo se detuvo en la televisión mexicana que tiene un retraso de más de medio siglo en sus noticieros.

    Si no les ofrecen información en forma de chisme, rumor o especulación prefieren no ver los noticiarios. La costumbre de informarse a través de palabras simples, que muestran el menosprecio de las televisoras hacia su auditorio, prevalece.

    El conservadurismo mexicano, contradictorio y fanático es una muestra inexplicable de nostalgia sin memoria.

  • El cinismo de Salgado Macedonio

    El cinismo de Salgado Macedonio

    ¿Qué necesidad tiene Claudia Sheinbaum de opinar sobre las declaraciones de Félix Salgado Macedonio cuando el país atraviesa un periodo interesante con eso de los aranceles? Claramente ninguna, pero el hecho de que no haya necesidad no significa que se deje pasar la oportunidad para avisarle al patriarca guerrerense que, si no hay pleito abierto, cuando menos lo traen entre ceja y ceja en la presidencia. ¿Por qué? Sencillamente porque ese cacicazgo de Guerrero es de lo más incómodo que hay en MORENA y cada vez cuesta más trabajo negar su influencia negativa para el movimiento. Y eso que, ni siquiera hay que escarbarle a fondo, así nomás por encimita queda claro cómo este caso, al igual que muchos otros en el mundo guinda, se la pasan cometiendo atrocidades en sus estados gracias al descarado nepotismo que, dicho sea de paso, se permitió desde la dirigencia de ese partido. Ah, eso en cuanto a la dirigencia y hay que ser críticos en verdad, pero, ¿y las voces al interior de MORENA que prefirieron callar cuando designaron a Evelin Salgado como candidata dónde quedaron? Pues nada más y nada menos que en el silencio cómplice que de frente acusa y por la espalda convalida para no arriesgarse a perder los privilegios.

    En ese sentido, hay aquí dos cosas que observar: una dirigencia complaciente a los chantajes de los caciques estatales y una serie de dirigentes que pierden hasta el sentido común cuando se trata de perpetuarse en el poder. Imagínense, si de por si esto es por demás cuestionable y y que estamos hablando de Guerrero, agreguemos el cinismo que caracteriza la actividad política del senador guerrerense, pues dicho cinismo alcanza niveles jamás antes vistos, y si no, pongamos como ejemplo ese discursito mamón de que una eventual candidatura (hablando de sí mismo), no sería producto de la herencia, sino de la voluntad del pueblo guerrerense ¡hágame usted el favor! O sea que, para el legislador, tanto el cacicazgo como el control de la actividad política en su Estado, emanan de la voluntad popular y no del capricho y contubernio de unos cuantos. ¡Ver para creer!

    Caray, que vergüenza es que exista un movimiento tan amplio y plural en el país con liderazgos tan pobres, porque eso entonces deja ver que no hay diferencia alguna entre lo que denunciamos y lo que hacemos… Peor aún, ni siquiera se busca guardar las formas o cuando menos disimular, el descaro es tal, que abiertamente se expresa la podredumbre, aunque se pretenda hacerse el chistoso como si con eso se limpiara la mancha. Estando así la cosa, quienes nos identificamos con el movimiento parece que nos vamos enfrentando a un dilema, ¿se construye una nueva era desechando de manera valiente a personajes como Salgado Macedonio o callamos cobardemente (como hasta ahora) y dejamos que se joda el movimiento? Ahí sí que cada quien decida y se haga responsable, total, para algunos el rechazo de la militancia, bien vale ser Secretario de Educación ¿verdad Mario?

    Pero bueno, dicho lo anterior en esta referencia a Guerrero en particular, habrá que recalcar: ¡no, no y no! No hay toro, lo que hay es un wey que cree que el futuro político del Estado le pertenece por gracia divina, se llama Félix Salgado Macedonio y ponerlo en su lugar, no debería ser cosa de Sheinbaum, sino de aquellos que aun cuentan con cierta solvencia moral en MORENA, y que por cierto, cada vez son menos.

  • ¿Por qué Ellos?

    ¿Por qué Ellos?

    El sistema económico que nos oprime parece entre otras cosas, estar sostenido por una balanza de suma cero, es decir, que logra equilibrarse en función de quitar o agregar al otro extremo.

    Al parecer no podemos aspirar a una verdadera justicia social, pues a cada conquista corresponde un resentimiento y por cada resarcimiento, hay un despojo del otro lado, que provoca las retaliaciones correspondientes para volver al mismo ciclo; de esta manera, se garantiza una eterna enemistad entre extremos, misma que debe incluir minuciosas artimañas de ingeniería social para establecer que jamás se llegue a soluciones duraderas y mucho menos tajantes, pues al parecer los interesados ganadores de tal dinámica se encuentran no en algún extremo de la balanza, sino arriba de ella, sosteniéndola.

    De esta manera, parece haber una suerte de proceso de extracción, en el que hay manos, ojos y oídos invisibles, que se dedican a recoger todo aquello relacionado a la conciencia colectiva, aquellos pensamientos, intenciones y anhelos que son experimentados y perseguidos día a día por la inmensa mayoría de los miembros de nuestras sociedades, para utilizarlos en su beneficio.

    Todos los días, cada uno de nosotros revive las mismas rutinas y con ello, la reafirmación de problemas que se podrían agrupar en un catálogo muy conciso, derivándose ramificaciones diversas que dependen no de esos problemas en sí, que son pocos en su raíz, sino de las reacciones o las maneras en que son abordados por cada persona: Salud, relaciones interpersonales de todo tipo, amor, dinero, religión, felicidad, la raíz de nuestra frustración o lucha diaria es fácilmente identificable si simplificamos y esquematizamos nuestras andanzas cotidianas, proveyendo una guía de patrones detallada para quien encuentre la manera de beneficiarse de ello.

    Es entonces que vemos surgir no sólo productos en el anaquel, destinados a satisfacer una necesidad o llenar un vacío provocado por esas búsquedas inherentes a nuestra existencia, sino personajes que prometen representarnos para alcanzar la satisfacción de necesidades más allá de las que pueden cubrirse simplemente llenando un carrito de supermercado, es decir, dilemas morales, entuertos sociales que polarizan y amenazan la paz, fenómenos provocados por las dinámicas de poder que conducen a algunos a caminos repletos de lujos y satisfactores a un grado vomitivo y a otros, a carencias obscenas de lo más básico.

    Y sin embargo, al parecer esa mano invisible que da prueba de su existencia no para regular el mercado, sino a los consumidores, manufactura y coloca en frente de todos, a sujetos honorables o con alta credibilidad, que enarbolen causas que le sean redituables en el momento y, al mismo tiempo le asigna aquellas que deben ser vilipendiadas, pisoteadas y desechadas, a personajes cuestionables, con oscuros pasados, fáciles de destruir mediáticamente y proclives al ridículo y la caricatura.

    De esta manera, se garantiza que aquello que sea conveniente para esa voluntad oculta, se lleve a cabo, mediante la construcción de esa gran ilusión que es la democracia, lo cuál se antoja cada vez más como un juego en el que un sistema se dedica a imponer su voluntad, disfrazada de “elección popular”.

    Es urgente abrir los ojos ante la realidad de este mecanismo, que coloca a personajes como Trump, Milei, Verastegui y muchos otros impresentables, como abanderados de muchas causas que parecerían de “sentido común” (término trivializado intencionalmente también), que ahora mismo amenazan a la sociedad y a su funcionamiento mermando su capacidad de auto replicarse, gestionarse y proveer progreso suficiente para el mejoramiento de sus miembros, más allá del llenado indiscriminado de los bolsillos de unos cuantos oligarcas que sólo buscan el mayor número de beneficios a cambio de los menores costos, siendo ellos precisamente, esos sujetos mediáticos con debilidades altamente aprovechables para desacreditarlos, desechando toda causa, postulado o reclamo social que abanderen y con ello, desactivando en cualquier momento cualquier movimiento genuino que amenace los intereses ocultos detrás de un posicionamiento de moda.

    DA CAPO

    Después de escuchar algunas de las ponderaciones de estos nefastos personajes y confesar sólo para mis adentros (víctima de una manifiesta culpa) que me parecen tener razón en muchas cosas, no puedo evitar quedarme con un amarguísimo sabor de boca y la desalentadora pregunta: ¿por qué ellos?

  • Silvano, su legado

    Silvano, su legado

    El exgobernador originario de Carácuaro, Michoacán pasa al banquillo de los acusados, sí, con su banquito que llevaba a exigir audiencia a AMLO, ahora se dirige a la justicia mexicana debido a que se le acusa por ratero y por narco, ¡qué raro! que los PRIANRD sean así. Pero bueno, mientras está prófugo o si ya lo agarraron hablaremos sobre su legado en líneas generales.

    Lodo

    Una vida de lujos obscenos es la que llevó por mucho tiempo Silvano y su familia, ¿de dónde salía tanta lana? mientras que su pueblo se hundía en la pobreza neoliberal. Pero ese ritmo de vida también lo tenían sus colaboradores del gobierno.

    Esa vida de reyes se pagaba por un lado con la robadera que hacían al erario público. Según las denuncias se hablan de 50 mil millones de pesos de daño al recurso de las y los michoacanos. 

    Entre los principales gastos ilegales podemos hablar de usar helicópteros para uso personal, desviar recursos de la salud pública para financiar proyectos mediáticos de derecha como Latinus, construir a sobre costo cuarteles y un largo etcétera de actividades corruptas.

    Por otro lado, la vida monárquica se nutrió de los recursos emanados de la delincuencia organizada, pues a todas luces es bien sabido su vinculación con los cárteles locales, de hecho uno de los móviles por los cuales lo quieren juzgar es por asociación delictuosa.

    Sangre

    Siguiendo ese camino mencionado, el vínculo silvanista con la continuación de la violencia generalizada en el estado se entiende cuando decide desarmar por completo a las autodefensas michoacanas y generar el empoderamiento de Los Viagras y del Cártel Jalisco Nueva Generación quienes ya controlaron la región.

    Evidentemente esto potenció la oleada de violencia que aún azota al estado michoacano, con que se permitiera el dominio de esta delincuencia organizada que cobra derecho de piso, extorsiona, secuestra, roba, asesina y trafica drogas y personas con total impunidad.

    En ese sentido, las manos de Silvano tienen lodo y mucha sangre, debemos recordar todas las represiones que realizó al magisterio michoacano, a normalistas, a los pueblos originarios y a todo movimiento social que exigiera sus derechos. Esta violencia de Estado llegó incluso a ejecuciones extrajudiciales y verdaderos crímenes de lesa humanidad.

    Justicia

    La justicia tarda pero llega. Esperemos no solo te capturen (si es que aún no lo hacen) sino que lleves un juicio justo donde pagues por todos los crímenes que cometiste tú y tus secuaces. Deberás ser un parteaguas en la justicia popular, tenemos memoria y ni en tus sueños podrás escapar al juicio del pueblo michoacano.

    Redes sociales

  • JEAN-LUC MÉLENCHON Y EL LLAMADO A UNA REVOLUCIÓN CIUDADANA

    JEAN-LUC MÉLENCHON Y EL LLAMADO A UNA REVOLUCIÓN CIUDADANA

    La primera vez que coincidí con Jean-Luc Mélenchon, líder de la Nueva Izquierda francesa, fue en una conferencia magistral titulada “Revolución Ciudadana y la era del Pueblo”, llevada a cabo el lunes 9 de septiembre del 2019, en el Auditorio Pablo González Casanova de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En aquel entonces, Mélenchon estaba de gira por México para estudiar más sobre la Cuarta Transformación y el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador un año antes. 

    Además de pertenecer a una serie de personajes de la izquierda europea consternados por actualizar su ideario de manera constante, el pensamiento político del líder francés ha sido muy criticado por sus opositores de ser un “progresista”, en los que ha tratado temas esenciales como la ayuda mutua, el bien común, la jerarquización de distintas prioridades, la planificación ecológica o la felicidad. “Hay una crisis de la civilización humana, el cambió climático ya empezó y hay que pensar de manera totalmente nueva. ¡Y pronto y de prisa, por favor!”, exclamó el líder político francés durante una entrevista realizada para TV UNAM, en septiembre de ese mismo año. 

    En un lapso de seis años transcurridos desde aquel encuentro, ocurrieron una serie de acontecimientos que han repercutido en nuestra forma de ver la realidad política de México y el mundo, la pandemia de Covid-19, causado por el nuevo coronavirus SARS CoV 2; el ascenso de la ultraderecha en países de Europa; la apuesta por las inteligencias artificiales; la guerra entre Rusia y Ucrania, con sus repercusiones en la economía mundial; el recrudecimiento de la violencia en la franja de Gaza por parte de las fuerzas militares de Israel; el regreso del empresario Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, que ha generado incertidumbre en el mundo con sus imposiciones arancelarias; y en especial, la elección de Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer presidenta en la historia de México. 

    Mélenchon regresó a México para fomentar su más reciente libro ¡Ahora el Pueblo! Hacia la revolución ciudadana, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), en la que propone su teoría política de una revolución ciudadana como una herramienta en favor de la gente, de una democracia amplia y para la salvación del planeta de una de las mayores crisis de la civilización humana. También, regresó a la misma Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Máxima Casa de Estudios para impartir una conferencia magistral titulada “La Revolución Ciudadana en la era de la Inteligencia Artificial”, llevada a cabo el pasado miércoles 26 de febrero y organizado en conjunto por la misma facultad, el grupo Redes Universitarias y el Instituto Nacional de Formación Política de Morena (INFP). Ante estudiantes, académicos y jóvenes militantes de izquierda reunidos en el Auditorio Ricardo Flores Magón, mencionó el choque del cambio climático que hoy vivimos, de manera que podría llevar a un fracaso general de la civilización humana. “El pueblo es un actor político cuando la gente pide control sobre la sociedad en un momento en el cual el capitalismo no puede soportarlo, porque necesita ser libre de actuar, con un mercado libre, y para eso expulsa las reglas, normas y leyes. De ahí que “la oposición entre nosotros y ellos, entre el pueblo y la oligarquía, es una nueva confrontación”.

    El político francés subrayó que, tras la caída del Muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética, no sólo ha crecido el neoliberalismo como una destructora de sociedades, sino que se ha perdido la narrativa de un futuro progresista, el racismo y la xenofobia se han convertido en instrumentos políticos, se ha saqueado la naturaleza y sobre todo a la ruptura del pacto histórico entre “Democracia” y “Capitalismo”. También se ha referido al tema de la revolución ciudadana como una solución a los problemas, como una nueva forma de acción política que comenzó en Argentina y después en Ecuador. 

    En relación con la Inteligencia Artificial, comentó que se trata de la automatización de los procesos intelectuales humanos; “hay que preguntarse cómo se usa y a quién le pertenece. No debemos permitir que sea una propiedad privada. Eso también es parte del contenido de la revolución ciudadana, porque queremos ejercer el poder. Eso quiere decir ciudadanía. Hoy el mundo pertenece a los que lo pueden comprar, no a todos; ese es el cambio que debe surgir”.

    Las grandes potencias del mundo han perdido el rumbo, aunque aún cuentan con grandes capitales para seguir manteniendo una economía de guerra que seguirá generando una insoportable repercusión en el mundo. México se ha convertido en el referente para las izquierdas en el mundo, ya que el líder de izquierda francesa se reunió con la presidenta y expresó su admiración por el proyecto político que encabeza la mandataria mexicana. El llamado a una revolución ciudadana es consecuencia de la pugna entre oligarquías y el pueblo. De manera, que tenemos que interpretar lo que vemos en el mundo a nuestro alrededor con un marco teórico; sin él, la práctica es ciega. Hay que aprender a estudiar, comprender lo que está pasando y decidir nuestro propio papel en ello. Hay que describir e interpretar bien; si nos equivocamos no quedara nada de nosotros.

    FICHA BIBLIOGRÁFICA 

    • Mélenchon, Jean-Luc, ¡Ahora el Pueblo! Hacia la revolución ciudadana. Traducción de Mario A. Zamudio Vega, revisión de la traducción de Alejandra Ortiz Hernández y Paola Collado, primera edición en español, México, Fondo de Cultura Económica (FCE), 2025, 448 p. (Colección Tezontle)
  • Nuevo Mundo

    Nuevo Mundo

    Si pudiéramos viajar en el tiempo y contarle a alguien de 2019 lo que ha ocurrido en los últimos cinco años, difícilmente nos creería. Tendríamos que decirle que una pandemia paralizó al mundo entero, que en Europa estalló una guerra de gran escala, que en Medio Oriente se desarrolla un genocidio ante los ojos del mundo y que el presidente de la mayor economía global busca ponerle fin mediante una limpieza étnica. La realidad ha superado cualquier predicción, mostrando un mundo más convulso y despiadado de lo que muchos imaginaron.

    Los acontecimientos no solo han transformado la política internacional, sino que también han cambiado la vida cotidiana de millones de personas. La pandemia reconfiguró nuestras nociones de trabajo, salud y control gubernamental; la guerra en Europa reavivó tensiones geopolíticas que parecían cosa del pasado; y la crisis en Medio Oriente ha dejado al descubierto la hipocresía de quienes se autoproclamaban defensores de los derechos humanos y las libertades.

    Todo ello nos hace mirar con añoranza el pasado, recordando la estabilidad aparente que ofreció el mundo unipolar de las últimas tres décadas. Sin embargo, también es posible que esta reconfiguración traiga consigo un cambio necesario. La emergencia de un mundo multipolar podría significar el fin de una hegemonía que impuso su voluntad sin contrapeso, dando paso a un equilibrio más justo entre las naciones. Aunque el proceso sea caótico y doloroso, quizás estemos presenciando el inicio de una nueva era en la que el poder ya no esté concentrado en unas pocas manos, sino distribuido entre distintos actores con la capacidad de desafiar el dominio absoluto.

    Sin embargo, este cambio también conlleva peligros, pues los poderes establecidos no cederán su posición sin resistencia. La historia nos ha mostrado que las grandes transiciones geopolíticas suelen ir acompañadas de conflictos, crisis económicas y estrategias desesperadas por mantener el control.

     La reacción de quienes ven amenazada su hegemonía podría derivar en más guerras, sanciones, intervenciones encubiertas e incluso el uso de tecnologías de vigilancia y represión para sofocar cualquier intento de reordenamiento global. El mundo multipolar no está garantizado; su construcción dependerá de la capacidad de las nuevas potencias para resistir la embestida de un sistema que se niega a desaparecer.

    En este contexto, el futuro sigue siendo incierto. Nos encontramos en un punto de inflexión donde el viejo orden lucha por mantenerse mientras surgen nuevas fuerzas que desafían su dominio. El desenlace dependerá de la capacidad de las naciones emergentes para consolidar su influencia, de la resistencia de los pueblos ante la opresión y de la forma en que los actores globales manejen las tensiones que inevitablemente se presentarán. Lo que es seguro es que el mundo que conocimos ya no volverá a ser el mismo. La pregunta ahora no es si el cambio llegará, sino quiénes lograrán imponerse en la nueva configuración del poder global y así terminar de concretar la aparición de este nuevo mundo. 

  • Títeres y bufones

    Títeres y bufones

    El pasado 28 de febrero se suscitó una acalorada discusión entre Volodymyr Zelensky y Donald Trump, en la visita del primero a la Casa Blanca. Como era de esperarse, dicho intercambio se hizo mundialmente famoso en cuestión de minutos. Se sabe, después del intenso confrontamiento, que Trump exigía la firma de un acuerdo en el que el presidente de Ucrania, cediera los recursos de su país a la nación estadounidense. J. D. Vance, vicepresidente norteamericano, se confrontó con el mandatario europeo y le reprochó su negativa de terminar con el conflicto armado que Ucrania mantiene con Rusia, así como el apoyo que en su momento dio Zelensky a Joe Biden Y Kamala Harris, mientras se encontraban en campaña rumbo a las eleciones presidenciales. Así como su subalterno, Trump recordó que si la guerra entre los dos países del viejo continente se había mantenido hasta ese momento, era gracias al apoyo que habían dado los militares estadounidenses, bajo una inversión (según palabras del propio presidente norteamericano) de 350 mil millones de dólares.

    De esta manera se revelaba lo que desde un comienzo había sido visible para el mundo, un Zelensky que, mientras sirvió a los intereses del país americano, este le «apoyó», fue hecho famoso y puesto como mártir a los ojos del mundo; ahora, con el cambio de rumbo bajo el mandato del presidente republicano, en realidad, queda como títere, usado al servicio del país estadunidense. Esto no es nada nuevo, es Estados Unidos, siendo Estados Unidos, cobrando “favores” que hace, como siempre lo ha hecho. Esto también hubiera ocurrido bajo la administración Biden, seguramente con menos alboroto. La diferencia en esta ocasión fue el espectáculo, pensado para las cámaras y micrófonos en la oficina oval, gracias a la adicción al morbo del habitante de la casa blanca.

    En un momento del confrontamiento, a Zelensky se le preguntó con intención de burla (y de manera por demás estúpida), si poseía un traje el cual pudiera vestir para la ocasión; lo cierto es que, teniendo dicha prenda o no, llegó vestido a una confrontación para la que no estaba preparado, siendo tratado como peón de una guerra que no imaginó tener.

    Este capítulo de diplomacia internacional deja ver que en política, como mencionaba Andrés Manuel López Obrador, no hay amigos. El error del presidente ucraniano fue, creer que la ayuda que le era brindada era “gratis”, sin compromiso. Trump demostró su carácter autoritario, dictatorial, pero no traidor, ya que desde su campaña fue claro en la manera en que pretendía gobernar. Para eso lo eligieron los ciudadanos norteamericanos. La grotesca muestra de poder que empleó el mandatario estadunidense es producto de la dependencia que los países en todo el orbe, han dejado que se origine e incremente. En México, no fue distinto y si recordamos, hasta hace algunos años de este nuevo milenio, se nos hacía creer que éramos amigos, más que aliados, cuando en realidad siempre fuimos “el patio trasero”, en palabras del extinto Aguilar Zinser, lugar que la oposición mexicana estuvo gustosa de mantener cuanto pudieron y que con gusto sostendrían si pudieran tener el mando del país. Son el ejemplo, en nuestros tiempos, de querer ser un virreinato.

    La implementación de los aranceles prometidos por Donald Trump, en flagrante ruptura del T-MEC, en un capítulo más del intento de implantar un nuevo imperialismo, sin fachadas, subyugante y agresivo según haga falta, es la oportunidad ideal para que el mandatario gringo sea percibido magnánimo, omnipotente, objeto de la idolatría de sus votantes, justo como le gusta.

    Es ahora que vale la pena preguntarse hacia dónde va el mundo cuando vemos las claras intenciones del gobierno de Trump, de seguir una agenda  propia, alejada de sus socios mundiales. Si, por ejemplo, Estados Unidos se retira de la OTAN, ¿los países de Europa cambiarán su postura de sumisión hacia los deseos del gigante norteamericano, de agrandar su imperio, basado en el uso de las Fuerzas Armadas? ¿Qué significaría eso para el mundo cuando los propios países de Europa mantienen todavía, aunque encubierta, una visión semi colonial, hacia los países pobres, como los africanos? ¿Estarían dispuestos a cambiar su visión con respecto a estos y olvidarse del oro, coltán y cobalto que poseen y evitar con ello la esclavitud moderna y masacres que derivan de su sobre explotación? La verdad es que resulta difícil de imaginar.

    • @Pablo_OcampoEsc