Categoría: Opinión

  • Al PAN le urge un golpe

    Al PAN le urge un golpe

    La simple declaración de apoyo a Lilly Téllez, convierte a los panistas en la punta de lanza de un golpe de Estado suave. Cuando la mesura debió plantearse de manera no sólo patriota sino democrática desde su cúpula partidista, la derecha, en decadencia, muestra que es capaz de mantener vivos no sólo al PAN sino la posibilidad de descarrilar al actual gobierno.

    Más allá de la solidaridad con una compañera, el pronunciamiento de los panistas prende las alarmas de la democracia y reactivan la maquinaria de una parte del clero, de los opositores disfrazados de directores de fundaciones, asociaciones sin fines de lucro y uno que otro empresario despistado.

    Comunicar en inglés, en territorio estadounidense y en un noticiero tendencioso y asociado, por varios motivos con Trump, para que erradiquen una fantasía de la senadora, que no se distingue ni por su cordura ni por su sapiencia política, ni por su respaldo popular, deja de ser una provocación para convertirse en un activismo en favor de un golpe de Estado.

    Ya no se trata de una disquisición delirante de alguien alterado en las sesiones sino de una estrategia conjunta de desestabilización en las sesiones, en la que ah hecho eco dos delincuentes Ricardo Anaya y Federico Döring.

    El grupo parlamentario del PAN en el Senado respaldó inmediatamente a la legisladora Lilly Téllez, tras críticas y opiniones contra distintos actores morenistas, por ser calificada de traidora a la patria, lo cual implica un castigo serio, que incluso contempla la pena de muerte.

    Es el único delito que justifica esta sanción en México. El artículo 22 de la Carta Magna, señala: “Queda prohibida la pena de muerte por delitos políticos, y en cuanto a los demás, sólo podrá imponerse al traidor a la Patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación y ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata y a los reos de delitos graves del orden militar”.

    Los señalamientos contra Téllez se desataron a partir de que el 21 de agosto, la presidenta Claudia Sheinbaum utilizó el espacio de la “Mañanera del Pueblo” para criticar a la senadora panista, a quien acusó de recurrir a un medio extranjero para pedir una “intervención” de Estados Unidos, por insistir en insistir en una “colusión” entre narcotraficantes y el gobierno de Morena.

    Ninguna expresión de la derecha puede tomarse a la ligera.

    Si el Poder Judicial no se hubiera depurado, las cenas de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia y los líderes de los partidos de oposición fueran continuas y el tema central sería cómo y cuándo asestarían el golpe de Estado.

    Desde luego, tendrían información de primera mano sobre los planes de desestabilización personajes como Ricardo Salinas Pliego. Valentín Díaz Morodo, Claudio X. González, entre otros.

    Juntos harían realidad su fantasía de convertir, por juicios penales inventados la existencia de un narcogobierno.

    Al PAN le urge asestar el golpe de estado antes de que pierda su registro, el cual saben, de sobra, que lo perderán en 2027, por eso la desesperación. Los módulos de afiliación que sembraron en la ciudad de México están desiertos, nadie los quiere.

    Los golpistas seguramente mujeres panistas, para darle un toque humano a la agresión, venderían Pemex, Dos Bocas, CFE, playas, el litio, etc.

    Entonces ganarían los que ahora se ven perdidos: los evasores fiscales, los explotadores de trabajadores, los expansionistas de tierra, el alto clero católico, los violadores de los derechos laborales. Por su parte, los medios volverían a cobrar su subsidio, que siempre tomaron criminalmente del sector salud a cambio de noticias que dirán que todo está bien. Muy bien.

    El PAN ha mostrado su verdadero rostro y no debe asustarnos sólo prevenir y desarticular sus manipulaciones.

  • Diálogo y respeto, pilares que no deben perderse en la tribuna

    Diálogo y respeto, pilares que no deben perderse en la tribuna

    En una lamentable distorsión de lo que representa la investidura parlamentaria, la tribuna del Senado se convirtió recientemente en escenario de confrontación personal. Presenciamos a un legislador, integrante de un partido con profundo peso histórico, agredir públicamente a su propio dirigente.

    Más allá de provocaciones o contextos previos, la elegancia, el porte y la finura nunca deben perderse, sobre todo en quienes son referentes morales de una organización política. La ciudadanía espera de sus representantes mesura y altura de miras, no expresiones que evocan violencia ni gestos que desdibujan la dignidad del cargo.

    En un país que enarbola el lema de “abrazos, no balazos”, resulta indispensable recordar que este principio no debería limitarse al combate social, sino extenderse también al ámbito parlamentario, donde las diferencias deben resolverse con razones y argumentos, nunca con ofensas o golpes.

    Queda por ver cuál será la respuesta legal e institucional de ambas partes, pero lo verdaderamente trascendente será que de este episodio surja una lección: que el Senado recupere su esencia como espacio de diálogo, respeto y construcción de consensos, lejos de la violencia verbal o física. Solo así se honrará el mandato ciudadano y se fortalecerá la democracia.

    Un abrazo y saludos cordiales a todas y todos los senadores de la República.

  • ALITO MORENO DESAFORADO YA

    Alito Moreno es un delincuente, es una de esas situaciones donde la realidad supera a la ficción. Tal vez por eso Dalí siempre se resistió a vivir en México, porque en ningún otro lugar del mundo alguien que debería estar portando uniforme carcelario portaría el fuero como lo pasea hoy Alejandro Moreno Cárdenas. No entraré en detalles de lo que todos vimos: una vergonzosa y criminal escena en el Senado de la República, protagonizada por los priistas. Recuerde usted bien los siguientes nombres, pues se trata de golpeadores y asaltantes que usted podría encontrarse en la calle: Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI; Eduardo Gutiérrez Mancilla, diputado federal del PRI plurinominal de Chiapas; Alonso Erubiel Lorenzo, diputado federal del PRI plurinominal de Tabasco. Ah, por cierto, por si a alguien se le olvidaba, Alito también es plurinominal.

    Es decir, los porros y criminales que asaltaron en el Senado ni siquiera tienen un escaño o curul ahí por decisión de la gente, son la herencia maldita del sistema electoral con la herramienta grotesca de los plurinominales. Si la reforma electoral de AMLO hubiera pasado cuando se propuso, ni siquiera hubieran tenido oportunidad de hacer lo que hicieron hoy. Pero todavía mejor: si se hubiera aplicado la ley sin miedo, tampoco hubiera sucedido.

    Pocas veces se ha podido acreditar y documentar una conducta criminal y pusilánime de manera constante y pública como la de Alejandro Moreno Cárdenas. No es posible que Morena y las fiscalías ignoren hechos ineludibles como su mansión valuada en 300 millones de pesos en Campeche, en una de las zonas más exclusivas de todo el estado. Simplemente su salario de servidor público no coincide con sus lujos, ni con los autos deportivos McLaren con los que se paseaba. ¿Ya se nos olvidó cómo sobornaba a diputados locales por 300 mil pesos? ¿Alguien recuerda el desvío de más de 83 millones de pesos del erario de Campeche? ¿O qué me dicen de su relación con la prensa, dejándonos joyas como aquella de: “A los periodistas no hay que matarlos a balazos, a los periodistas hay que matarlos de hambre, papá”? ¿Tal vez se acuerden de cómo confesó que Cinépolis le dio 35 millones de pesos para financiar al PRI? Y así podría seguir por horas, porque no hay un solo elemento en la biografía política de Alejandro Moreno que sea honorable. Este hombre es tan corrupto que hasta los priistas lo ven como una abominación. Ya ni hablar de la patética narrativa política que ha querido insertar en el debate público: habla de dictaduras cuando es el único dirigente a nivel nacional que hizo chicanadas con la ley para reelegirse hasta 2032; habla de narco-gobierno o de corrupción cuando en este momento hay más gobernadores del PRI en prisión que en activo. Este no es un hombre roto, es un mafioso, líder de una pandilla que toda la sociedad conoce: la Presidencia lo conoce, sus aliados lo conocen, las fiscalías lo conocen. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué en nombre de Dios sigue en libertad?

    Un hecho es que una de las varias víctimas del asalto de Alito Moreno, Gerardo Fernández Noroña, presentará una denuncia penal contra el líder del PRI por atacarlo frente a los ojos de millones de mexicanos. Esta denuncia la llevará la Fiscalía General de la República y, si la FGR lo considera pertinente en sus investigaciones, entonces solicitarán el desafuero del campechano para procesarlo por violento. ¿Por qué se tuvo que llegar a este punto? Con tantas evidencias y pruebas es un insulto que este hombre no esté en prisión, pero más aún, Morena y sus aliados no pueden cuadrar un proceso de juicio político, aun teniendo mayoría calificada.

    Y este problema no es nuevo. Lo dijimos aquí: no desaforar a Lilly Téllez solo enviará el mensaje al resto de opositores de que el cielo es el límite. En México, tú como oposición puedes pedir la invasión de un gobierno extranjero y no te pasará nada. Ahora sabemos que también puedes golpear y asaltar al senador presidente, y el destino es el mismo. A Morena le sigue preocupando que, de aplicar la ley, sus opositores se victimicen, y de seguir con ese camino lo único que sucederá será que escenas como las que vimos hoy no solo se repitan, sino también se recrudezcan.

    El priista ya prometió seguir siendo inflexible. Es decir, la amenaza ya está dada. Ser Alejandro Moreno es un crimen, pero tener el poder y la responsabilidad de castigar a quienes rompen la ley y no hacerlo, también los hace criminales, o por lo menos cómplices. Hoy Alito se irá a dormir tranquilo, pues ese blindaje jurídico del fuero, que solo sirve a los corruptos como él, lo protege. Cada día en libertad de Moreno Cárdenas es un día perdido para Morena y, francamente, para México también. Mi solidaridad con Fernández Noroña y con Emiliano, camarógrafo herido, a quien le deseo una pronta recuperación.

    PD: Solo basta la voluntad de un presidente o presidenta para que las cosas sucedan. Iremos a Palacio a buscar respuestas. Nos leemos mañana.

  • La traición de Lilly Téllez

    La traición de Lilly Téllez

    Lilly Téllez volvió a la escena principal del banco de los acusados debido a que pidió una intervención militar de los Estados Unidos contra México para supuestamente atacar los cárteles y de paso quitar a un gobierno que eligieron 36 millones de personas hace un año. Vamos a hablar un poco de nuestra tía panista.

    MORENA

    Lilly llegó al poder por la vía del MORENA y de AMLO en 2018. La hicieron senadora por su estado, Sonora donde solo pasaron unos meses para que sacara sus filias conservadoras y rechazara la interrupción legal del embarazo y a partir de ahí en cascada vinieron sus posturas contrarias al obradorismo.

    Es expulsada del MORENA y se va a las filas del conservadurismo (quizás siempre perteneció ahí, recordemos su estrecho vínculo con Salinas Pliego). Toma partido por todas las posturas del PAN y hace bloque con ellos. Sí, uno de los grandes errores de nuestro movimiento se ve encarnado en ella.

    La tía

    Es el claro ejemplo de tu tía panista que cree puras noticias falsas y que es hiper católica, aunque sea muy hipócrita moralmente. Así, se creyó e hizo todo un escándalo con la broma de la calavera que apoyaba a AMLO y dijo que adorábamos a la santa muerte, jaja.

    Sus posturas en x son bastantes graciosas, pero también muy ofensivas. No ha parado de gritar a los 4 vientos que vivimos en una dictadura mientras miente como respira diciendo que somos un narcogobierno, obviamente los narcos son los del MORENA jamás los del PAN jaja aunque García Luna esté preso, esos hechos no importan en la cabecita de nuestra tía conservadora.

    Gringa

    Aunque Lilly parece un chiste muy gracioso y a veces de muy mal gusto, es un problema grave cuando ella explora otras posibilidades y dice abiertamente en sus redes que Trump solo quiere ayudar a México y que nos invada y cosas así.

    Pero el colmo es que vaya al pasquín de derecha Fox News a decir frente a muchas personas, tanto en español como en inglés después, que todos los mexicanos (sí, alguien que hoy es plurinominal hablando en nombres de todes, el chiste se cuenta solo) queremos que vengan los gringos a liberarnos de los narcos y de los narcos políticos del MORENA.

    La acusaron de traidora a la patria y se enojó. Dijo que ella solo pidió ayuda de los gringos, pero que haya coordinación que ella no pidió nos intervinieran. Bueno cree que somos pendejos pues.

    Aunque no mencione la palabra intervenir, si dice que quiere la ayuda de los gringos y quiere que nos liberen. Sabemos que liberar para los gringos es un eufemismo para decir intervenir militarmente y destrozar a ese país para saquear más sus recursos. Ya lo han hecho con todos los países que según han liberado y jamás han mejorado las condiciones de sus habitantes.

    Además, Lilly pide que derroquen al gobierno del MORENA por ser narcopolíticos y terroristas. Lo que no pudo conseguir en acciones democráticas porque pues nadie vota por ella, asquito, lo quiere ganar por las malas arrastrándose con los gringos.

    Basurero

    Pero la tía panista no sabe que su lugar ya está en la basura. Su presencia medieval nos recuerda a Miramón, a Almonte, a Maximiliano, y a toda la tradición conservadora, sería bueno recordarle cómo terminaron esos sujetos por traidores a la patria, como lo que ella es.

    Redes sociales

  • Entre dimes y diretes: México en la encrucijada política

    Entre dimes y diretes: México en la encrucijada política

    Una senadora y la polémica petición a Washington

    En días recientes, una senadora mexicana encendió el debate nacional al solicitar de manera pública la intervención total del gobierno de Estados Unidos para combatir al crimen organizado en nuestro país. La declaración levantó críticas inmediatas, pues más allá de la intención, se pasa por alto que históricamente la nación vecina siempre ha estado involucrada directa o indirectamente en labores de inteligencia y, en algunos casos, operativas en los episodios más relevantes de la lucha contra el narcotráfico.

    Lo cierto es que plantear una presencia “ejecutoria” de fuerzas armadas extranjeras en suelo mexicano es constitucionalmente inviable, a menos que fuera autorizado expresamente por la Presidencia de la República. En la memoria colectiva permanecen experiencias pasadas, como la Iniciativa Mérida o las operaciones encubiertas de la DEA, que muestran cómo la participación de Estados Unidos ha sido constante, aunque nunca con carácter oficial de ocupación militar.

    Trapitos al sol: la residencia de Fernández Noroña

    Como si los reflectores no bastaran, otra historia se suma al álbum político nacional. Una operación de inteligencia de esas que parecen sacadas de novela, pero ocurren en la vida real reveló que el senador y presidente de la Mesa Directiva, Fernández Noroña, posee una residencia con un valor estimado de 12 millones de pesos.

    Un pequeño detalle que desentona con la narrativa de la austeridad y la congruencia política. Para ponerlo en contexto: la mayoría de sus antecesores vivían en casas rentadas o propiedades cuyo valor no superaba los 3 millones. La pregunta no es solo cuándo la adquirió, ni por cuánto, ni cuánto paga de hipoteca. La verdadera duda es: ¿se puede predicar la sencillez desde un palacete?

    Claro está, un intelectual como el senador podría argumentar que con sus honorarios puede cubrirlo. Y si además suma su Volvo de 600 mil pesos, tampoco parece un exceso; al fin y al cabo, es más barato que mantener a dos turnos de guaruras con sus viáticos, salarios y camionetas blindadas. Quizá la lógica es simple: mejor una hipoteca que ocho escoltas. El sarcasmo, inevitable.

    Claudia Sheinbaum y el nuevo hospital de Acapulco

    En contraste con los escándalos, el país también recibió buenas noticias. La presidenta Claudia Sheinbaum inauguró un hospital de alta especialidad en la ciudad de Acapulco, una obra que representa no solo el cumplimiento de una promesa de campaña, sino también una respuesta a la urgente necesidad de fortalecer el sistema de salud en Guerrero tras los estragos de fenómenos naturales y el rezago histórico en infraestructura.

    Las imágenes difundidas muestran un complejo moderno, equipado y listo para atender a la población. Se trata de un paso firme hacia la reconstrucción de la confianza en las instituciones de salud pública. No obstante, queda claro que más allá de inauguraciones aisladas, el país necesita una reforma integral al sistema sanitario, una tarea que según fuentes cercanas al Ejecutivo podría colocarse pronto en la mesa legislativa.

    Relevo en San Lázaro: oportunidad para el Congreso

    Otro acontecimiento próximo a definirse es el relevo en la presidencia de la Cámara de Diputados, que por disposición legal corresponderá al Partido Acción Nacional. Sergio Gutiérrez Luna, presidente saliente, ya ha señalado que el cambio será respetado y aceptado en plena institucionalidad.

    El reto para el nuevo liderazgo será demostrar que el Congreso puede trascender las pugnas partidistas y generar consensos que se traduzcan en beneficios reales para los ciudadanos. Con una agenda nacional cargada de temas sensibles seguridad, salud, economía la pluralidad legislativa será puesta a prueba.

    Entre el debate y los hechos

    México se encuentra, una vez más, en la tensión entre los discursos políticos y la ejecución de acciones concretas. Mientras algunos actores apelan a soluciones externas que rayan en lo inconstitucional, otros dejan entrever que la austeridad puede ser muy relativa según la cuenta bancaria.

    Al final, lo que la ciudadanía espera no son discursos vacíos ni mansiones disfrazadas de modestia, sino resultados palpables que garanticen seguridad, bienestar y desarrollo. Porque, como siempre, entre dimes y diretes… el pueblo sigue esperando.

  • Elon Musk y el arte de gobernar en el caos: Un espejo para la política

    Elon Musk y el arte de gobernar en el caos: Un espejo para la política

    El tiempo actual se caracteriza por liderazgos que fascinan y dividen, que despiertan admiración y temor al mismo tiempo. En este escenario global, la figura de Elon Musk aparece como un espejo que refleja tanto la potencia de la genialidad como la fragilidad del exceso. Su trayectoria empresarial, descrita con detalle en la biografía escrita por Walter Isaacson, no solo ofrece un retrato del empresario más polémico de nuestra época, sino también un laboratorio de ideas sobre cómo podría concebirse el liderazgo político en tiempos de incertidumbre. La pregunta es inevitable: ¿qué pasaría si la forma de gobernar el caos que practica Musk en sus empresas se aplicara en la política de un país?

    El estilo Musk nació en la adversidad. Desde su infancia en Sudáfrica, marcada por el bullying escolar y la dureza emocional de su padre, aprendió a resistir el dolor como parte natural de la vida. Esa experiencia, lejos de quebrarlo, se transformó en un entrenamiento de resiliencia: abstraerse de un presente hostil para refugiarse en la imaginación y en la tecnología. Al llegar a la adultez, esa capacidad de convertir la hostilidad en motor se trasladó a sus empresas, donde la presión y la incertidumbre no son accidentes, sino condiciones estructurales del trabajo. Lo que a él lo fortaleció, a muchos de sus colaboradores los desgasta.

    Su sello más visible es la obsesión. SpaceX no es para él solo una compañía aeroespacial, sino la materialización de su misión personal de colonizar Marte. Tesla no se limita a fabricar automóviles eléctricos: simboliza la cruzada contra los combustibles fósiles. Neuralink va más allá de la neurociencia: es el intento de doblar el futuro para adelantarse a la amenaza de la inteligencia artificial. En todos los casos, Musk exige a sus equipos que piensen en lo imposible como la meta mínima. La obsesión se convierte en el combustible que justifica noches enteras en las fábricas, rediseños abruptos y sacrificios personales extremos.

    El caos, en su modelo, no es un accidente, sino un método. En Tesla dormía en el suelo de la planta para presionar a sus ingenieras e ingenieros a resolver en horas lo que otros tardarían meses en planear. En Twitter/X despidió a la mitad de la plantilla en días, mostrando que la incertidumbre es también un mecanismo de disciplina. El management de Musk consiste en imponer plazos arbitrarios, cambiar las reglas de último minuto y mantener a todos en estado de alerta perpetua. Este modo de operar produce innovaciones sorprendentes, pero al costo de erosionar la estabilidad emocional y financiera de quienes participan en el proceso.

    El precio humano de este modelo es incuestionable. Jornadas de más de cien horas semanales, colapsos emocionales, rotación de personal altísima y un burnout convertido en norma. Isaacson documenta cómo Musk suele tratar a sus colaboradores como piezas intercambiables de una maquinaria cósmica, bajo la idea de que la misión —electrificar el transporte, colonizar Marte, anticiparse a la IA— está por encima de las personas. La innovación avanza, sí, pero lo hace sacrificando salud, vida personal y sentido de pertenencia. El dilema ético es evidente: ¿puede considerarse legítimo exigir sacrificios desproporcionados a miles para obtener beneficios civilizatorios para millones?

    A esta dinámica se suma el mito del salvador. Musk se autoproyecta como imprescindible: el único capaz de salvar a la humanidad de su dependencia de los fósiles, de llevarla a otro planeta o de protegerla de inteligencias artificiales hostiles. Su narrativa se alimenta del control absoluto que ejerce en Twitter/X, desde donde convierte cada logro empresarial en una gesta épica. Sin embargo, detrás de esa imagen heroica se esconden improvisaciones, tensiones internas y errores logísticos constantes. El mito no se sostiene en la solidez de la gestión, sino en la potencia del relato. Y aun con todo, este mito le otorga poder político y económico: atrae capital, impone ritmos a sus competidores y motiva a su personal a dar más de lo que puede.

    Lo fascinante del modelo Musk es que funciona en el corto plazo: Tesla redefinió la industria automotriz, SpaceX es socio estratégico de la NASA y Twitter/X, con todos sus problemas, sigue siendo una arena central de comunicación global. Pero lo inquietante es que este éxito depende de una sola persona y de su capacidad de sostener la tormenta permanente. Lo que se presenta como innovación disruptiva puede convertirse en fragilidad estructural: si falla Musk, fallan las empresas que orbitan en torno a él.

    ¿Podría exportarse este modelo a la política? Algunos líderes ya se han mostrado seducidos por la audacia y la disrupción de Musk, imaginando que gobernar con su estilo implicaría romper inercias y acelerar transformaciones. Pero la diferencia es sustancial: en política, la improvisación no se traduce en pérdidas financieras, sino en crisis sociales. La presión extrema no genera innovación colectiva, sino fractura social. La idea de que nadie es indispensable podría sonar a meritocracia, pero aplicada al gobierno corre el riesgo de minar la legitimidad de las instituciones.

    Sin embargo, no todo es advertencia. La política sí podría inspirarse en ciertos rasgos del modelo Musk: la capacidad de comunicar horizontes ambiciosos, la audacia para plantear metas imposibles, la convicción de que el futuro puede diseñarse en lugar de esperarse. En el caso de México, por ejemplo, una parte de la Cuarta Transformación ha buscado proyectar esa visión de largo plazo en temas de justicia social, energía y soberanía tecnológica. La clave está en traducir la audacia en políticas públicas sostenibles, no en reproducir la tormenta como norma.

    El desafío es que la política requiere consensos, instituciones sólidas y liderazgos empáticos, no improvisaciones permanentes ni sacrificios humanos desproporcionados. En un país donde las mexicanas y los mexicanos demandan justicia, bienestar y certidumbre, lo que menos se necesitaría sería un liderazgo que dependiera del caos como combustible. Tomar lo mejor de la visión Musk sin importar sus costos humanos sería el verdadero aprendizaje: la capacidad de pensar en grande sin perder de vista lo que sostiene a las sociedades en el día a día.

    En suma, el “modelo Musk” revela tanto la potencia de un liderazgo capaz de movilizar recursos, talento y narrativas en torno a metas imposibles, como sus profundas grietas humanas e institucionales. Convertir el caos en método, la obsesión en motor y el sacrificio extremo en norma ha permitido conquistas tecnológicas que marcarán la historia, pero también ha expuesto un dilema insoslayable: lo que fortalece la innovación puede debilitar a las personas y a las estructuras que la sostienen. Para la política y la sociedad, la lección es clara: inspirarse en la audacia y la visión, pero sin replicar la fragilidad de un liderazgo que depende de la tormenta permanente y de un solo individuo.

  • La oposición busca cascajo

    La oposición busca cascajo

    La oposición está tan carente de líderes, candidatos, cuadros, militantes y programas que cualquier persona que se acerca a ellos o simplemente muestra descontento con el gobierno, los medios quieren convertirlo en el candidato ideal para competir por la Presidencia de la República para 2030.

    Sin importar trayectoria, ni propósito, simplemente basta con estar contra el gobierno para ser un prospecto para competir contra el candidato de Morena por la silla presidencial. Lo cual se convierte en un problema grave para la democracia y atenta contra el sistema de partidos, de por sí con mala salud.

    La oposición, que se queja constantemente de la inactividad del gobierno, ha dejado de hacer su trabajo por estar atenta en las tareas de la 4T que critica sistemáticamente. Si Morena les regalara la presidencia de la República, estarían en contra porque no se dan cuenta de lo que rechazan basta y sobra que provenga del gobierno para atacarlo.

    En lugar de que la desesperación agudice su manera de pensar y actuar, ha convertido en ingenuos a los miembros de la oposición que no inspiran más que ternura ante la distancia que guardan de la realidad, no sólo del país sino de ellos mismos. Cualquiera de los miembros de la oposición, con un antecedente dentro el partido o de la legislación considera que pueden convencer a los mexicanos para que voten por él o ella en 2027 y, en 2030.

    En un mundo electoral fantástico, donde ellos no son responsables de su derrota sino que gana el contrincante por ser abusivo, por realizar elecciones de Estado, por hacer fraude, por competir con acordeones, por violar las leyes electorales es posible vivir sin triunfos en las urnas sin ser reprendidos por nadie.

    Ellos deberían ganar porque aseguran tener los mejores cuadros, cuando en realidad no es así.

    Un ejemplo claro de esta ingenuidad que mueve a la conmiseración es el hijo del ex presidente priista Miguel de la Madrid, llamado Enrique de la Madrid Cordero, cree que los partidos están en función de él para promoverlo y se muestra en posición de elegir por cual compite para ser Presidente de México, pero, lo que es peor, considera que puede ser el vínculo para unir la oposición contra Morena, desde luego, teniéndolo a él como candidato.

    En cada entrevista muestra su ignorancia supina sobre política. Nunca se preocupó De la Madrid junior por conocer el ejercicio político, pero algo peor, lo poco que sabía por ósmosis de ese oficio, de nada le sirve, porque tampoco se dio cuenta de que la política cambió radicalmente. Los errores cometidos por su padre forzaron cambios por las malas consecuencias de sus decisiones.

    Por otra parte, los medios ávidos de tener algún personaje que, más o menos pueda balbucear en la política del país como posible candidato a algún puesto de elección popular, le abre las puertas y los espacios privilegiados en sus respectivas transmisiones y, lo que es peor, repite las entrevistas o declaraciones de esas personas que exponen su ignorancia y su desapego por la población, su distanciamiento de la realidad, y su carencia de ideas concretas.

    De la Madrid es abogado, no político. Con su padre terminó la tradición de que el Presidente de la República debía ser licenciado en derecho, por las consecuencias de su pésima administración. Fue el último luego de una larga fila de militares y tinterillos que ocuparon ese cargo.

    La urgencia de los medios por recuperar el subsidio que los gobierno les otorgaban a manos llenas, con dinero extraído de las instituciones de salud, –sin importar si se quedaban sin medicamentos los niños con cáncer—, ahora le tiran a todo lo que se mueve en el panorama opositor, haciendo el vacío de pensamiento político más profundo.

    La oposición quiere recuperar sus privilegios a través de la política y los medios rescatar su subsidio con el golpeteo de los opositores. Pero nadie se toma en serio la responsabilidad de gobernar en favor de nadie, más que de sí mismos.

    Como puede verse en este caso la ausencia de cuadros, en cualquier nivel, hace que los partidos opositores recojan cascajo del pasado y traten de elevarlos a la práctica política que desconocen.

  • Vasos reguladores: el agua como justicia social en la Ciudad de México

    Vasos reguladores: el agua como justicia social en la Ciudad de México

    Introducción

    La Ciudad de México enfrenta una paradoja hídrica que se ha convertido en uno de los mayores desafíos urbanos del siglo XXI: mientras millones de habitantes sufren desabasto de agua potable, cada temporada de lluvias la metrópoli vive episodios de inundaciones que paralizan colonias enteras. Esta contradicción es producto de una historia de desecamiento de lagos, urbanización acelerada y desigualdades sociales que han profundizado la vulnerabilidad de las zonas populares.

    En este contexto, la construcción de nuevos vasos reguladores hídricos aparece como una estrategia fundamental para reducir riesgos y, al mismo tiempo, abrir la posibilidad de repensar la relación entre agua, ciudad y justicia social.

    Los vasos reguladores: más que infraestructura hidráulica

    Los vasos reguladores son espacios naturales o artificiales que permiten almacenar temporalmente grandes volúmenes de agua pluvial y escurrimientos, reduciendo la presión sobre ríos, canales y drenajes. Su objetivo central es evitar inundaciones, pero su potencial trasciende lo técnico.

    En la Ciudad de México, los vasos reguladores han sido históricamente una forma de contener el agua en un valle cerrado, donde los ecosistemas lacustres fueron transformados en concreto. La apuesta por su expansión implica también reconocer que el agua debe dejar de entenderse como amenaza y comenzar a concebirse como recurso común y bien público.

    Proyectos en marcha

    El Gobierno de la Ciudad de México, a través de SEGIAGUA y la Secretaría de Obras y Servicios, ha proyectado la construcción y rehabilitación de al menos seis nuevos vasos reguladores. Estos estarán ubicados principalmente en alcaldías con alta vulnerabilidad hidrológica: Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.

    Uno de los más relevantes se localizará en Santa Catarina, Iztapalapa, con capacidad de retener 400 mil metros cúbicos de agua. Esta obra busca reducir el riesgo de inundaciones en colonias como Ejército de Oriente, pero también funcionará como un espacio de recarga del acuífero.

    En Tlalpan, un vaso en la zona del Ajusco Medio permitirá captar escurrimientos de zonas boscosas y aliviar la presión sobre áreas urbanas. En Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, se proyectan microvasos en barrancas que, además de controlar el agua, tendrán un componente ambiental y comunitario.

    En total, la ciudad espera aumentar su capacidad de regulación pluvial en más de 2 millones de metros cúbicos, lo que representa un paso significativo hacia la prevención de desastres y la adaptación climática.

    Un enfoque social y medioambiental

    Desde una perspectiva de izquierda ambientalista, los vasos reguladores no deben concebirse únicamente como grandes obras hidráulicas, sino como infraestructura social y ecológica. Esto implica diseñarlos como espacios que integren áreas verdes, corredores ecológicos y zonas de convivencia comunitaria.

    El agua, lejos de ser vista solo como un problema a contener, puede convertirse en el eje de proyectos de regeneración urbana y en un derecho garantizado colectivamente. Además, en zonas históricamente marginadas como Iztapalapa, estos proyectos tienen un fuerte componente de justicia ambiental, pues reducen la desigualdad en la exposición a riesgos de inundación.

    Retos y tensiones

    La viabilidad de estos proyectos enfrenta tres desafíos principales:

    1. Financiamiento: cada vaso de gran escala puede costar entre 500 y 900 millones de pesos. La inversión requiere coordinación entre gobierno local, federación y, en algunos casos, alianzas con organismos internacionales.
    2. Uso de suelo: varios de los predios previstos son terrenos ejidales o de conservación ecológica, lo que puede generar tensiones con comunidades locales y riesgos de desplazamiento si no se respetan los derechos de propiedad social.
    3. Carácter paliativo: aunque necesarios, los vasos reguladores no solucionan la crisis hídrica de fondo. La reducción de fugas en la red, la captación pluvial domiciliaria, la reforestación de áreas de recarga y la gestión equitativa del recurso son medidas indispensables para un cambio estructural.

    Hacia un modelo de ciudad resiliente

    Los nuevos vasos reguladores deben entenderse como parte de una estrategia de resiliencia climática y social. En una metrópoli marcada por la desigualdad, garantizar que las comunidades más vulnerables cuenten con protección frente a inundaciones es un acto profundamente político.

    Estos proyectos representan también la oportunidad de reconciliar a la ciudad con su memoria lacustre: reconocer que el agua fue, y sigue siendo, el pulso vital del Valle de México. Construir vasos reguladores es, en cierta forma, recuperar un fragmento de esa relación perdida.

    Conclusión

    La creación de nuevos vasos reguladores en la Ciudad de México constituye una apuesta urgente para enfrentar las lluvias intensas, el cambio climático y la desigualdad en la gestión del agua. Sin embargo, su verdadero valor radicará en que no sean solo obras de ingeniería, sino espacios de comunidad, naturaleza y justicia ambiental.

    El desafío es enorme: no basta con construir depósitos de agua, se requiere construir un proyecto de ciudad donde el agua sea un derecho y no un privilegio. En ese horizonte, los vasos reguladores son un paso hacia la dignidad urbana y la resiliencia popular.

  • Los políticos que sobornó “El Mayo” Zambada

    Los políticos que sobornó “El Mayo” Zambada

    Es oficial: Ismael “El Mayo” Zambada se ha declarado culpable de 14 cargos relacionados con el narcotráfico en Estados Unidos. El gobierno estadounidense quería su cabeza con la pena de muerte y, a cambio de una declaración, Zambada consiguió oxígeno para alargar su vida. Tras el juicio y sentencia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, han sido 14 los narcotraficantes que decidieron pactar con el gobierno estadounidense. Sin embargo, el caso de Zambada es único, no solo por tratarse del narco que se creía intocable —que pensaba morir en libertad e impunidad—, sino por la pieza de ajedrez en la que se convirtió para los gobiernos de México y Estados Unidos.

    Zambada fue secuestrado por Estados Unidos con ayuda de los hijos de Guzmán. La sustracción ilegal del narcotraficante marcó un antes y un después en la relación bilateral. Cabe resaltar que el secuestro no sucedió bajo la administración de Trump, sino en la de Biden. Da igual si la Casa Blanca está pintada de azul o de rojo: Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses.

    ¿Por qué Estados Unidos no ofrece información a México sobre El Mayo Zambada? Porque, ante los ojos de nuestros vecinos, México cometió una ofensa imperdonable: detener y expulsar a los agentes de la DEA que se paseaban en nuestro país como “Juan por su casa”. Fue el PRI quien les abrió la puerta, y el gran problema de las potencias es que, una vez que entran, ya no quieren salir.¿Quién le apostó a la soberanía y autodeterminación para combatir el narcotráfico? Andrés Manuel López Obrador. La DEA y el gobierno estadounidense guardan un enorme recelo hacia el tabasqueño por su política antiintervencionista. De hecho, expulsar a los agentes de la DEA ni siquiera fue la mayor ofensa, sino exhibir en la mañanera el expediente contra el Gral. Salvador Cienfuegos. Washington aseguraba que contenía pruebas contundentes para encarcelarlo; al mostrarlo, López Obrador los humilló, pues no había una sola evidencia sólida. Desde entonces juraron que algún día se la cobrarían a AMLO, y ese día llegó con el secuestro de Zambada.

    En su declaración de culpabilidad, Zambada afirmó que incursionó en el narcotráfico en 1969, con apenas 19 años de edad. Reconoció ser fundador del Cártel de Sinaloa y haber traficado más de un millón de kilogramos de cocaína en el mundo. Pero lo más relevante fue su confesión de haber sobornado y corrompido a policías, militares y políticos mexicanos para operar con impunidad.

    Para Estados Unidos, aquello se presentó como si hubieran descubierto el “hilo negro”. Para los mexicanos, no fue más que la confirmación de lo sabido: siempre hemos estado gobernados por políticos aliados al crimen. La gran omisión fue no revelar nombres. Sin identidades, su confesión solo alimenta la narrativa estadounidense del “narco-Estado” sin señalar a los responsables.

    Ahora bien, si Zambada asegura que sobornó durante 30 años a políticos y militares, y considerando que su arresto ocurrió en 2024, basta retroceder tres décadas. Aunque resulta inverosímil que sus sobornos a gran escala empezaran en 1994, supongamos que así fue:

    Carlos Salinas de Gortari (1988–1994): más de un periodista y narcotraficante han evidenciado los nexos de Raúl Salinas, el “hermano incómodo”, con el crimen organizado. Bajo Salinas, el neoliberalismo se consolidó… y el narcotráfico también. ¿Se tocó al Cártel de Sinaloa? No.

    Ernesto Zedillo (1994–2000): las grabaciones del Gral. Gutiérrez Rebollo exhibieron que la esposa de Zedillo, Nilda Patricia Velasco, tenía vínculos con el Cártel de Colima. Presidencia no solo colaboraba con el narco, era el narco. ¿Se tocó al Cártel de Sinaloa? No.

    Vicente Fox (2000–2006): bajo su mandato se fugó El Chapo Guzmán, socio de Zambada. El Cártel de Sinaloa se fortaleció como nunca. ¿Se les combatió? No: fueron aliados.

    Felipe Calderón (2006–2012): el juicio de Genaro García Luna en Nueva York dejó en claro la complicidad del gobierno federal con el Cártel de Sinaloa.

    Enrique Peña Nieto (2012–2018): capturó a Guzmán solo para que se fugara de nuevo. Finalmente lo entregó a Trump como “gesto de buena voluntad”. ¿Se tocó a Sinaloa? No, siguió operando.

    Andrés Manuel López Obrador (2018–2024): con él sí hubo un choque frontal. El “Culiacanazo” de 2019 fue la prueba. Después, en 2023, la captura de Ovidio Guzmán intensificó la guerra interna entre las facciones de Zambada y los Chapitos.

    En resumen: de los 30 años de sobornos que reconoce Zambada, 24 corresponden a gobiernos del PRI y del PAN, y solo 6 a Morena. Pero sin nombres, todo queda en especulación. Su abogado, Frank Pérez, declaró que “la información del Mayo se queda con el Mayo”.

    Posdata: Estados Unidos y Zambada pactaron un pago de 15 mil millones de dólares (unos 270 mil millones de pesos), casi todo el presupuesto anual del Estado de México. Ese dinero debería corresponderle a México, pues aquí quedaron la sangre y el dolor. Al final, es un asunto de colores: México puso el rojo y Estados Unidos se lleva el verde.

  • La Soberanía Nacional y el Pueblo

    La Soberanía Nacional y el Pueblo

    “… ¨La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.¨. ¨El pueblo tiene, en todo momento, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.¨. Casi viene desde de los Sentimientos de la Nación, de Morelos, ese artículo…”.

    Claudia Sheiunbaum Pardo. Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Citando el artículo 39 de la Constitución.
    Conferencia Matutina del Pueblo. 21 de agosto de 2025.
    https://youtu.be/s_An9ghXejE

    La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha incorporado plenamente, como pilares en la conducción del desarrollo nacional, dos nociones esenciales: la soberanía nacional y el pueblo realmente como el soberano del que dimana todo poder público. En la continuación con cambio del Segundo Piso de la 4T, esos elementos esenciales sustentan al gobierno legítimo y democrático una vez que, en estos tiempos del posneoliberalismo, se ha recuperado la rectoría del Estado y la procuración del progreso general constituye el centro del cambio de régimen político.

    La reiterada referencia al pueblo no hace sino constatar lo que desde el 5 de febrero de 1917 quedó establecido en el artículo 39 de nuestra Constitución política y que, durante la larga noche neoliberal, se volvió letra muerta. En su brevísimo texto ese artículo fundamenta el principio de la soberanía popular al establecer que la voluntad del pueblo es la fuente legítima de todo poder específicamente en: la soberanía nacional, el poder público y finalmente en el inalienable derecho a determinar su forma de gobierno. 

    Al afirmar que el pueblo manda y que no se traicionará al pueblo, Sheiunbaum hoy y López Obrador antes colocan en el centro del nuestro régimen político y económico a la participación popular. Sea la reforma al Poder Judicial, o la electoral, y otras más que seguirán, no son las minorías opositoras políticas, mediáticas o las derechas internas o externas las que definen contenidos u orientaciones y fines sino la consulta a la gente para saber qué es lo que quiere. Aunque ello no descarta que siempre habrá espacios para expresar las opiniones de grupos de interés y/o poderes fácticos, pues no estamos bajo un régimen dictatorial, aunque los opinólogos no paren de decir lo contrario.

    En cuanto a la soberanía podríamos afirmar que tiene diversas dimensiones. En el ámbito de la política exterior desde el 1 de diciembre de 2018 se ha dejado atrás a una política subordinada a los intereses extranjeros. El sometimiento al que estuvo sujeto el ejercicio de nuestras decisiones soberanas ha dejado su paso a una política digna de colaboración, ya no más la subordinación al exterior y sí la firme defensa nacional. 

    Pero también en estos tiempos de cambio de modelo económico la soberanía se procura en los ámbitos alimentario, energético, productivo y tecnológico. En el campo se busca la autosuficiencia alimentaria mejorando las condiciones de vida de los campesinos y productores. Cultivos como el maíz, el frijol y otros se encuentran en la esfera de atención de la empresa estatal Alimentos para el Bienestar a través de la promoción de precios y comercio justos. 

    Una de las 14 repúblicas, la República rural justa y soberana, que conformaron los Cien Compromisos de gobierno sustento de la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 (PND), cuyo enlace dejo al final de esta colaboración para pronta referencia, incluye detalladamente seis elementos esenciales para realizar la soberanía alimentaria: precio justo de la tortilla; seguridad social a jornaleros agrícolas y pesca; apoyo a pequeños y medianos productores de frijol y creación de una empresa nacional de semillas; programa Cosechando Soberanía, la creación de Alimentación para el Bienestar y, un Plan especial para Campeche y Tabasco para producir arroz, leche y carne.

    Resulta relevante la relación transversal entre las soberanías alimentaria y tecnológica dado el acento que el gobierno de la presidenta Sheiunbaum está aplicándole a la educación técnica y tecnológica para ser revalorizada como una opción viable de integración de los jóvenes a las actividades productivas desde el nivel medio superior y superior. El fortalecimiento de esta educación debe ir de la mano con proyectos estratégicos que impulsen el desarrollo social, la soberanía tecnológica y la seguridad alimentaria.

    La soberanía energética, se señala en el PND, es un objetivo estratégico. Y plantea que debe hacerse con una visión de sustentabilidad ambiental. Para ello es fundamental consolidar la rectoría del Estado en el sector energético mediante el fortalecimiento de PEMEX y de la CFE, tal y como se ha demostrado en el menos de un año que tiene Sheiubaum de gobierno, mediante las reformas constitucionales necesarias y el impulso de diversos programas y acciones destinados al logro de ese propósito. 

    En la consolidación de la soberanía energética lo anterior es esencial. Pero también esa política irá acompañada de precios accesibles para la población.  El PND contempla también impulsar fuentes de energía renovables y acelerar la transición energética con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes, cumplir con las metas nacionales de energías limpias y honrar los compromisos internacionales en la lucha contra el cambio climático.

    En cuanto al fortalecimiento de la soberanía digital y en línea con la visión de esta administración, se subraya la importancia de generar autonomía tecnológica a través del desarrollo de soluciones propias que reduzcan la dependencia externa. Esta estrategia busca unificar las capacidades tecnológicas entre los distintos niveles de gobierno, asegurando una mayor coordinación, interoperabilidad y eficiencia en los servicios ofrecidos a la población. Tal es el principal objetivo de la recientemente creada Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. 

    En el contexto del artículo 40 constitucional y volviendo a la soberanía de la Nación y al no al injerencismo externo, en la reforma realizada, apenas en abril pasado, se establece de manera inequívoca: “… El pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero, que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la Nación, tales como golpes de Estado, injerencias en elecciones o la violación del territorio mexicano, sea ésta por tierra, agua, mar o espacio aéreo. 

    Como complemento Sheiunbaum Pardo promovió otra reforma, la del artículo 19, acompañada por el Congreso de la Unión y de la mayoría de los congresos estatales, para definir claramente los delitos en los que habrá prisión preventiva en relación con violaciones a nuestra soberanía: “… A cualquier nacional o extranjero involucrado en la fabricación, distribución enajenación, traslado o internación al territorio nacional de manera ilícita de armas, y a cualquier extranjero que realice actividades al margen de la ley vinculadas con los párrafos 2º y 3º del artículo 40 de esta Constitución, se le impondrá la pena más severa posible, así como la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa”.

    Como hemos confirmado, la cuestión de nuestra soberanía nacional comprende diversos ámbitos, todos ellos relevantes y aún complementarios. El segundo piso de la 4T, en congruencia con el Proyecto de Nación triunfante en junio del 2024, realiza el blindaje necesario para evitar cualquier descarrilamiento del régimen que el pueblo mexicano se ha dado. La presidenta fue clara en la conferencia del 22 de agosto cuando afirmó: México es un país libre, independiente y soberano, y ningún gobierno extranjero se atrevería a violar nuestra soberanía. No es como antes. México tiene mucha fuerza: nacional por nuestro pueblo, por lo que representamos, como gobierno del pueblo, e internacional. Y como dije: cualquier intento, tenemos el Himno Nacional: “…un soldado en cada hijo te dio”. 

    Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030. PND_2025-2030_v250226_14.pdf