Leía hace días a Orión, un compañero de Los Reporteros MX, expresaba su molestia sobre la postura de la izquierda frente a algunos acontecimientos, y si, tiene toda la razón, todas y todos los que nos decimos de izquierda e informadores, tenemos la obligación ética de señalar lo que algunos actores del gobierno hacen mal, punto, si no lo hacemos, si guardamos silencio o justificamos lo injustificable, caemos exactamente en lo mismo que criticamos de la derecha, nos volvemos solapadores, y sabemos bien que solapar en política, es traicionar al movimiento.
Homenajes como el de Evelyn Salgado a Rubén Figueroa, o la cercanía de la izquierda con personajes cuestionables, no pueden ser normalizados, no se arreglan con silencio, no se maquillan con discursos, no se justifican con pretextos.
Los Rubén Figueroa padre e hijo fueron caciques priistas de Guerrero ligados a las peores atrocidades, muertes, violaciones graves a derechos humanos y represión estatal.
El padre, figura central de la guerra sucia, desapareció a cientos en los “Vuelos de la muerte”, asesinó a Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas.
Rubén Figueroa, el hijo, responsable político de la masacre de Aguas Blancas. Ambos simbolizan autoritarismo, impunidad y violencia en la historia del estado de Guerrero.
Recordemos por qué AMLO dice “no somos iguales”
No es una frase de soberbia, sino un principio ético, actuar distinto a la vieja política, no reproducir sus vicios, no traicionar la esperanza ni el mandato popular, actuar distinto a los que destruyeron al país.
“No somos iguales” significa transparencia, congruencia, no cerrar los ojos, significa crítica interna, rendición de cuentas y coherencia con el pueblo.
Y precisamente por eso, quien se considere de izquierda debe entender que señalar los errores no es debilitar al movimiento, es fortalecerlo. La crítica honesta es parte del compromiso, porque una izquierda que se autocorrige es una izquierda que no se parece a lo que tanto ha combatido.
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo en su discurso pasado…
“La transformación verdadera no es solo económica y social, también es ética y moral, para que perdure debe nacer desde el carácter, honestidad y la convicción de quienes han sido llamados a conducirla”.
Esto me hace recordar dos de los pilares fundamentales de la ética política, la responsabilidad…
Implica que los actores políticos respondan por sus acciones y decisiones, asumiendo consecuencias legales, sociales y morales.
Integridad…
La integridad es lo que separa una transformación histórica de una simulación, integridad es actuar igual en lo privado como en lo público.
Cuando la izquierda evita ver sus fallas, destruye estos pilares y un movimiento sin ética está destinado a pudrirse desde adentro.
Sabemos que la 4T es un proyecto más grande que cualquier nombre, la 4T no puede sostenerse sobre homenajes equivocados, complicidades locales o personajes nefastos reciclados del pasado. A La Cuarta Transformación, a la izquierda hay que sostenerlas con congruencia, no con silencios.
Otro puntito que les quiero comentar es el Humanismo Mexicano, si, ese que no permite solapar abusos, ni avalar atrocidades, no permite mirar hacia otro lado, no permite justificar errores solo porque los cometen “los nuestros”.
Que se entienda bien, homenajear a Figueroa no es un acto menor, es un golpe a la memoria de las víctimas, un insulto a Guerrero, una burla y una afrenta a la izquierda que exige responsabilidad.
Les mando un abrazo fraterno.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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