Presupuesto para el campo 2026, un modesto aumento

Entiéndase modesto como sinónimo de insuficiente, sin embargo, tras años de rezago en el agro a partir de las políticas neoliberales, la realidad es que todo recurso es insuficiente cuando se vive en un modelo económico ya por demás desgastado al que sólo se puede combatir desde la construcción de políticas integrales que atiendan el problema de fondo cómo se ha intentado desde el arribo de la 4T al poder, aunque, en honor a la verdad, también ha sido insuficiente.

Lo anterior, ya sea por la herencia del modelo neoliberal o sea por otros factores como la falta de compromiso de algunos servidores públicos, lo cierto es que las políticas públicas para el campo y su emancipación están lejos de alcanzarse, pero cuando menos, se reconoce la importancia de aumentar los recursos. Esto no quiere decir que el aumento sea una insignificancia, durante décadas, una de las principales demandas de las organizaciones campesinas se basaban en el aumento de presupuesto para el agro, capaz de cubrir con las necesidades reales del sector, aunque en honor a la verdad, muchos señalábamos que más allá de requerir mayores recursos, lo que realmente ocupaba (y ocupa actualmente el sector) es la reorientación de los recursos a manera de que éstos sean destinados de manera equitativa priorizando al pequeño productor y no privilegiando a las grandes empresas como se ha venido haciendo desde hace muchos años.

Como quiera que sea, lo real es que, o el aumento del presupuesto o el análisis de la distribución de este, poseen la clave para materializar lo que en el papel plantea el actual gobierno, pero para que esto suceda, también se requiere de la participación activa y permanente de las organizaciones campesinas que en la actualidad mantienen un programa de lucha identificado con las necesidades de los campesinos y no con las ambiciones políticas o económicas de algún liderazgo.

El proyecto de presupuesto de egresos para el próxima año considera un aumento de poco más de 680 millones de pesos en comparación con el del año pasado, es decir, una cifra de menos del uno por ciento, qué, como dijimos al principio, puede considerarse como insuficiente en general, pero, de manera objetiva, puede generarse una buena expectativa el hecho de que se destine mayor recurso a los programas productivos, siempre y cuando estos sean otorgados de manera transparente, sin ningún tipo de intermediario, (ninguno es ninguno y eso incluye a MORENA), y verificando que sean destinados para lo que son. 

No obstante lo anterior, hay que hacer hincapié en un punto: No sólo hay factores internos como la inflación (entre otros) que afectan la vida del campesino, a todos estos factores se suman las consecuencias del contexto político internacional así como el cambio climático que en un país como el nuestro, provoca que las regiones oscilen entre las sequías extremas y las alarmantes inundaciones; a todo esto sumemos la pérdida identidad y de capacidad organizativa de algunos colectivos identificados con el agro y agreguemos finalmente la falta de tacto de uno que otro funcionario. Esto en suma provoca que un presupuesto “modesto” se vea aún más disminuido si al final del día, los objetivos de cualquier programa, ya sea por una razón o la otra dejan de alcanzarse. 

  • Luis Tovar
    Secretario General de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente.

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